SALUD… divino tesoro


SALUD… divino tesoro.

 

Como suele ocurrir después de cualquier evento artístico importante, hay un buen número de personas que quieran hacer la actividad primordial. Así, después de asistir a un concierto musical sobresaliente salimos con el ímpetu de retomar aquellas clases olvidadas de canto o de algún instrumento musical. Lo mismo aplica en el ámbito deportivo y es normal que los Juegos Olímpicos de Tokio hayan despertado en muchos, la inquietud de volver al gimnasio, a la alberca o al parque para imitar a los competidores.

 

Las estadísticas deportivas señalen que los atletas que compiten tienen edades que mayormente fluctúan entre los 15 y 35 años y es encomiable que algunos rebasan esa edad sobresaliendo en determinada disciplina. El que esto narra, se sorprendió cuando al inscribirse a un torneo de tenis -único deporte que en el que ha destacado-, al dar la edad de 34 años, el maestro señaló que competiría en la categoría de “veteranos”. De inmediato vino el reclamo porque sí se consideraba un tenista sénior pero de ninguna manera un viejito. Había que apechugar la normatividad tenística y aceptar la nueva clasificación.

 

Es obvio que algunos deportes requieren la elasticidad, fuerza y reflejos de personas jóvenes y otros son más condescendientes. El hecho biológico es que -en términos generales-, el cuerpo humano responde mejor en ese rango y de ahí que la conseja popular diga: “juventud, divino tesoro”.

 

Sin embargo, cuando se está en la edad “joven” no se aquilata el dicho y esto viene con el pasar los años, máxime cuando se llega a la etapa de los “nuncas”, para señalar que jamás se habían tenido determinadas dolencias.

 

La crisis sanitaria mundial que dio comienzo en los primeros meses del año próximo pasado no ha cesado, aunque nuestras autoridades parece que ya le dieron carpetazo. Insensatez a más no poder. No son suficientes las terroríficas estadísticas para que entren en razón y tomen el asunto con la debida seriedad y sobre todo con responsabilidad. Para la mayoría de la población, el uso de las mascarillas, guardar la prudente distancia, abstención a sitios poco ventilados y la vacunación, son las medidas preventivas para la transmisión del virus, -aunque las autoridades sanitarias y el C. Presidente de la República las ignoren permanentemente-, pero pese a todo los contagios y defunciones siguen en aumento. Peligro de salud a la vista y más, con la insistencia de que hay que regresar a las aulas y la insistencia en hacer convocatorias sin razón a eventos masivos.

 

Aunque ya hayan aparecido infectados y muertes en el rango “joven” e infantil, la mayoría de los afectados son personas mayores de más de 60 años. En esos meses de pandemia la ciencia médica ha desarrollado procedimientos para la detección temprana del COVID-19, tal y como se señalaba en otras Glosas1. Esto ha servido para que la atención de la enfermedad sea rápida y así evitar complicaciones neumológicas más serias que requieren el suministro permanente de oxígeno, hospitalización y demás cuidados intensivos. Salud, divino tesoro.

 

Nuevamente la Ciencia está presente en los equipos concentradores de oxígeno, pues hay una amplia gama en el mercado incluyendo los portátiles y a precios accesibles, aunque consuman mucha energía eléctrica. -El fundamento de la concentración es la eliminación de los elementos que tiene el aire, distintos del oxígeno – “CHON”, carbono, hidrógeno oxígeno y nitrógeno-, mediante trampas moleculares a muy bajas temperaturas, lo que origina un alto consumo alto de electricidad-. La existencia de esos equipos portátiles da la posibilidad de que los enfermos que requieran oxígeno permanentemente -por afectaciones del COVID-19 y otras-, puedan retomar su actividad saliendo del encierro obligado por aparatos fijos.

 

La multi mencionada pandemia afecta a todos, sí, es cierto, pero en mayor medida a los veteranos que suspiran la ida y apreciada juventud, no obstante, la enfermedad es real y afecta la salud y es por ello que el dicho aludido a la edad joven, cambie a “salud, divino tesoro”. A cuidarse sea dicho.

 

 

 

 

1 “COVID…con ciencia I” E. García y G. Glosas. Enero 2021

COVID… con Ciencia I – Glosas

 

 

22 de agosto de 2021

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