ELECCIONES… con Ciencia.


 

ELECCIONES… con Ciencia

 

Como ya es costumbre cada tres años, el día que inician las campañas electorales aparece una avalancha de promocionales para buscar votos y todo lo que eso trae consigo. Por las acciones que ha llevado a cabo el Ejecutivo en sus primeros tres años de gobierno, con las que de la pluma disiente en su inmensa mayoría, ha surgido una efervescencia nunca antes vista, y la razón es qué en esas elecciones en puerta, se conformará una nueva plantilla de diputados, presidencias municipales y algunas gubernaturas estatales, que podrían ser un contrapeso para modular las acciones presidenciales ya emprendidas. Vaya momento.

 

La forma de hacer proselitismo para ganar adeptos ha cambiado notablemente desde la antigua Grecia donde la elección de arcontes era por el voto directo de los ciudadanos griegos varones, en la que ni las mujeres y esclavos tenían la menor participación. Así era la democracia en el s.IV a.c.

 

Los tiempos han cambiado radicalmente y también las formas de hacer gobierno, al igual que los métodos para conseguir el voto democrático. La era digital de nuestros días tiene a la mano una herramienta poderosísima que es a través de las redes sociales, sea Faceboock, Instagram, Twitter, por mencionar las más importantes, y eso lo saben los partidos políticos, candidatos y por supuesto, los electores.

 

Con relación a la última red aludida, el mecanismo es simple: un tuitero da su punto de vista a favor o en contra de determinada postura y sus seguidores pueden enterarse de su parecer, y eventualmente si están de acuerdo, retuitear ese punto de vista; el efecto es máximo cuando además de hacerlo indican que les gusta el mensaje inherente.

 

De lo anterior, amable lector, está a la vista qué la fórmula para lograr mayor difusión es a través de los tuiteros que tienen un gran número de “seguidores”, y si no existen, hay que crearlos. He aquí donde intervienen las ciencias matemática y cibernética.

 

Por un lado, si un mensaje se envía más de una vez, y así sucesivamente, tendremos como resultado una difusión exponencial que se puede expresar con una ecuación matemática muy simple; la magnitud del crecimiento exponencial depende del número de personas, físicas o virtuales, que pasarán el mensaje. En el ámbito comercial son conocidas las famosas cadenas que cumplen con el propósito ya mencionado. Fácil.

 

Cabe señalar que las personas que tienen miles de seguidores juegan un papel muy importante y tienen una gran responsabilidad en las próximas elecciones, y ésta crece con el tamaño de su comunidad cibernética.

 

Ahora bien, cuando no existen las personas físicas que se contratan para diseminar el mensaje, y hay otros participantes llamados bots que proviene de la palabra robot, que hace tareas reiterativas para determinado propósito y siguiendo una formulación matemática cuidadosamente diseñada.

 

Recientemente apareció una noticia que revelaba la actividad de una persona de profesión matemática, cuyo encargo era la promoción cibernética del partido Morena. Esto causó asombro en las redes sociales y puso en estado de alerta a los otros partidos políticos quienes, no cabe la menor duda que también están trabajando en la misma línea, lo que traerá como consecuencia una competencia nunca vista antes.

 

La manera más fácil de saber si determinada persona es bot, es mediante la observación del número de seguidores, pero cuidado porque ésos también podrían ser bots. No obstante, al ver su biografía y seguidores reales se les puede identificar con relativa facilidad. ¡Que dilema!

 

No cabe duda qué las próximas elecciones tendrán un ingrediente nunca visto… la ciencia.

 

 

18 de abril del 2021

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