GERUNDIO… para matizar.
Las materias básicas que cursaban un selecto grupo de niños y jóvenes atenienses de los siglos IV y V a.c. estaban concentradas en el concepto didáctico conocido como Paideia1y2, en el que se aglutinan temas como formación, educación, adiestramiento, capacitación, por mencionar los más relevantes. En particular, se les preparaba en gramática, retórica, poesía, matemáticas y filosofía, y varios pedagogos incluían a la gimnasia como asignatura básica.
Para la formación de los ciudadanos griegos era necesario el dominio conceptual del idioma, su expresión oral y lógica argumental, a efecto de mostrarse como personas cultas, refinadas y precisas, en sociedad y cuando se presentaban en el ágora, y así poder cautivar y persuadir a sus oyentes. Las otras asignaturas arriba mencionadas eran necesarias para los futuros legisladores y gobernantes, quienes debían concentrarse en sus tareas alejados de asuntos mundanos, mostrando siempre su carácter viril y presto para la guerra en caso necesario.
La gramática española define al gerundio como una forma impersonal del verbo que, valga la redundancia, expresa duración y circunstancia de la acción verbal, y por lo tanto puede funcionar como adverbio y como verbo propiamente dicho, pero nunca como calificativo del sustantivo; es un complemento circunstancial de tiempo, modo, motivo o condición. De acuerdo a la Nueva Gramática3 de la Lengua Española precisa simultaneidad o anterioridad de la acción con el tiempo en que se habla pero excluye las acciones posteriores al él; lo llaman Gerundio de Posteridad. Esta variante ha causado polémica entre los eruditos del español quienes lo rechazan sin excepción y lo consideran vitando, es decir a evitarse, pero hay algunos escritores que lo defienden con justificada razón pues consideran que las frases que lo incluyen dan mayor valor expresivo al texto, hacen que la acción sea viva y dinámica, una acción en desarrollo.
El que esto narra, cursó varias materias propedéuticas de gramática básica en las que rutinariamente se hacían ejercicios de análisis gramatical de oraciones y de composición literaria, pero no de redacción propiamente dicha, que ha sido corregida por un amigo versado en la materia. Nada es más cierto que para aprender a escribir hay que hacerlo rutinariamente por lo que la máxima latina de “Nulla dies sine línea” es más que cierta, que significa “Ni un día sin línea”. Sin embargo, no es autoridad alguna para defender siquiera el Gerundio de Posteridad, pero lo usa con frecuencia. Otros4 sí lo hacen con dominio del tema.
La forma verbal en comento tiene la peculiaridad de describir la acción del sujeto acompañándolo para mejor entendimiento del lector y es de preguntarse por qué se excluye su uso en acciones posteriores, cuando hay algunas enlazadas, sucesivas, inmediatas e interdependientes, que expresan el momento con mayor vivacidad. Un autor 5 calificado lo defiende y dice que “cuando las dos acciones son tan inmediatas que se funden en la representación con apariencia de simultaneidad, esa forma verbal no tiene reproche”.
Así como la didáctica ha evolucionado de la forma peripatética helénica a la virtual, la medicina ha pasado de la cirugía dolorosa a la laparoscópica con mínimas molestias, y así muchas otras disciplinas, me pregunto si la gramática española es sujeta a evolución. Hay algunos avances pues ciertas palabras se han aceptado al diccionario de la RAL pero el uso del gerundio en acciones venideras sigue siendo un tabú. Tal vez algunos puristas han detenido la lectura de estas líneas porque tiene muchos gerundios vitandos, escritos “sin querer queriendo”
El famoso y divertido escritor Jorge Ibargüengoitia, quien se mofaba de los escritores que presumían dominar la gramática castellana pero eran incapaces de escribir una novela, decía sobre el tema: “Es muy probable que yo use el gerundio de manera incorrecta, puesto que a veces me cuesta trabajo no sólo usarlo sino distinguirlo. Además, cuando escribo estoy tan absorto a lo que estoy diciendo que no me queda atención para el gerundio”.
Para el que esto se atreve a escribir, el gerundio hace más diáfana la acción verbal, la hace que se desarrolle con la rapidez o suavidad que se pretenda describir, la hace áspera o aterciopelada, y esto puede aplicar a las acciones posteriores a la del verbo principal, ¿por qué no? Así, podemos hacer de la lectura un verdadero arrullo para el intelecto que se irá deleitando, meciendo y avanzando a medida que la acción continúa. ¿Qué tal?, tres gerundios juntos y en una acción venidera.
Gracias eruditos de Gramática por su indulgencia y espero sus comentarios para mejorar el oficio. En el ínterin, sugiero usar ese gerundio sin cortapisas pues da dinamismo y nitidez a la palabra escrita.
Así como reza la canción “la vida es mejor… cantando”, “la escritura se lee mejor… matizando”.
1 “La Paideia Griega”. M. Rojano S. Federación de Enseñanza de Andalucía. Noviembre 2009. España. Microsoft Word – La Padeia griega.doc (ccoo.es)
2 “PAIDEIA… herencia materna” E. García y G. Glosas. Diciembre 2008. México.
PAIDEIA … herencia materna – Glosas
3 Nueva Gramática de la Lengua Española. Real Academia de la Lengua. Julio 2009. España. RAE-ASALE::Nueva gramática
4 Apología del gerundio de posteridad. R. Alemán. Lavadora de Textos. Agosto 2014. España.
Apología del gerundio de posterioridad – Lavadora de textos
5 El terror del gerundio. A. Rosenblat. Marzo 2010. Venezuela.
10 de enero del 2021