AÑO NUEVO… vida nueva.
Tal vez al escuchar la última campanada del año viejo la tristeza invada nuestra mente porque es un año más que pasa, un año menos de vida, un año que se va y no regresará. Ánimo. La vida es corta y hay que vivirla con intensidad por lo que es preciso respirar profundamente el aire nuevo y fresco que tenemos alrededor, para tener la fuerza que se requiere para un nuevo comienzo.
Hay que darle vuelta a la última hoja del calendario para empezar con brío el año que inicia, que las nubes del ayer no impidan ver el sol del mañana; que los pesares del año anterior no quiten el ímpetu de hacer algo diferente, de conocer nuevas personas y lugares, de aprender algo, de acercarse más a personas que aprecien lo que uno es, de cristalizar un proyecto guardado, de hacer realidad un sueño para que aparezcan otros. El soñar es importante porque genera ilusiones motivantes para ser mejor y hacer más cosas positivas.
Es necesario aumentar la fe en uno mismo para que esos sueños se vayan convirtiendo en realidad y esto precisa en muchos casos el aventurarse a buscar otros senderos y se requiere valentía para dejar atrás la comodidad de la inercia de la vida anterior. Se tiene otra vez la oportunidad de llevar a cabo todas esas cosas mencionadas y otras más, y qué mejor momento de tomarla que ahora, día primero del año.
Seguramente al momento de leer estas líneas ya hay planes claros que podrán estar escritos en algún papel, y en el mejor de los casos en una agenda. El de la pluma lo hace con letra manuscrita y tinta indeleble. Te invito amigo lector a que hagas lo propio y establezcas metas parciales para poder darles seguimiento pausadamente y no te abrume lo que implica la actividad vista como un todo. Avec de la pacience tout est possible.
Uno de los valores éticos1 que se debe tener para vislumbrar la consecución del objetivo, es la constancia y, se refiere al esfuerzo perseverante de las acciones que hace que se consiga el éxito. Sus frutos se recogen con el tiempo por lo que hay que empezar a sembrar ahora para cosechar mañana y para lograrlo es necesaria una fuerza de voluntad permanente. Los ingredientes básicos para hacer de la constancia un hábito, son el orden y la disciplina.
No sobra repetir que la constancia da la fortaleza a partir de las experiencias en la lucha por conseguir un bien. Que las caídas al tratar de obtener una meta no sean motivo para claudicar.
Te invito amigo lector, a emprender un cambio para lograr una vida nueva teniendo presente que es otra oportunidad para lograrla. Hay que tener fe en uno mismo para que las acciones empiecen con el pie derecho y así el segundo paso será más fácil. Bien se sabe que el camino es difícil pero es el que tenemos hoy, y estamos obligados a hacer de las amenazas, oportunidades, partiendo de convertir las debilidades en fuerzas. Sí se puede y sólo depende de ti.
Feliz y Próspero Año Nuevo.
1 “Cápsulas con Valor” E. García y G. Mayo 2012. México.
1 de enero del 2021