LA ESTRELLA… de Belén


LA ESTRELLA… de Belén.

 

Se acerca el fin de año y con él, la oportunidad de hacer planes para el siguiente. A pesar de las crisis sanitaria y económica en las que estamos y que, dadas las circunstancias, éstas van a continuar durante el año venidero y quizás más; ya se habla de la fatiga pandémica que se manifiesta con la desmotivación para seguir medidas de protección y signos de desesperanza en todos.

 

Sin embargo, no se puede detener nuestra actividad y es menester ver hacia adelante porque no es la primera vez ni será la última en que tengamos dificultades a las que hay que enfrentarse. Hay que hacer esfuerzos adicionales para no rendirse y seguir dando la batalla contra la adversidad.

 

La vida sigue igual, y “… siempre hay porque vivir porqué luchar, siempre hay por quién sufrir y a quién amar… “, así dice uno de los versos de una estimulante  canción1 cuyo nombre son las cuatro primeras palabras de este párrafo, y que estuvo en boga durante los años sesenta del pasado siglo y sigue vigente en el que vivimos. Ánimo.

 

La época de Adviento en la que estamos es preponderantemente tiempo de esperanza, momento para reflexionar en la forma que se vive y en lo que se puede vivir, confiando en que nuestro entendimiento se abra desde adentro para poder cambiar algo de nuestro ser interior. La inspiración no llega mágicamente, hay que buscarla y, se puede encontrar más fácilmente en un ambiente de silencio pues el bullicio exterior distrae, y mucho.

 

La Esperanza, sí con mayúscula, es el nombre de un Valor Ético2 que tiene que ver con la energía que nos mantiene en pie de lucha para conseguir nuestros objetivos, es la energía interna que nos impulsa a vivir con optimismo y es importante juntarse con quienes así viven. ¿Qué fuerza los hace ser así? A descubrirla.

 

Cuenta un escrito de la tradición Cristiana, que hace alrededor de dos mil años en el antiguo Medio Oriente, unos sacerdotes, llamados magos, supieron del nacimiento de alguien más importante que ellos y se apresuraron a ir para conocerlo y rendirle pleitesía, pues estaban ciertos que era el Dios que tanto tiempo buscaban. Se relata también que para llegar al lugar, iban a ser guiados por una estrella que brillaría intensamente en el firmamento; así lo hicieron y se dirigieron hacia la región de Judea y más precisamente a Belén. Al ver esa luz en el cielo, sintieron en su interior una esperanza que hizo el camino más llevadero; habían encontrado esa energía adicional que los motivó para llegar sin tregua alguna al Sitio. Habían descubierto La Estrella de Belén.

 

Todo lo anterior viene al caso porque próximamente aparecerá en el cielo una luminosidad extraordinaria que proviene, no de una estrella sino de la conjunción de dos enormes planetas: Júpiter y Saturno. El punto de máximo brillo será poco después del atardecer del 21 de diciembre y será visible sin necesidad de telescopio alguno y se va a notar, además de la luminosidad, porque la luz será constante sin titileo alguno; en las clases de Cosmografía preparatoriana y, más en los cursos de Astrofísica se estudian esas características que distinguen estrellas y planetas. Me consta.

 

La afición a ver el cielo, del que esto relata, nace siendo un niño que salía con su mamá a mirar hacia arriba, justo igual que ella lo hacía con su papá, cosmógrafo que fundó el Observatorio Astronómico en Guanajuato capital y que le enseñaba las “primeras letras” para asomarse y ver el firmamento; ahora en edad adulta hago lo mismo con hijos y nietos. Años después, veía con atención un programa televisivo muy popular llamado “Un mundo nos vigila”, en el que el protagonista hablaba de la existencia de seres que viven en otros planetas o galaxias y sus incursiones en “ovnis” hacia la tierra. Fantástico.

 

Para el espectáculo nocturno en puerta estoy preparando la función en la que los pequeños estarán en primera fila; habrá binoculares, telescopio casero y mantas para protegerse del frío. No habrá explicación formal de la conjunción, y menos aún  ponerla en duda, simplemente los invitaré a ver esa Estrella de Belén.

 

También y por qué no, les comentaré el significado que para los creyentes tiene la luz de la Estrella que es el resorte que nos impulsa a vivir con confianza para poder sonreír a pesar de la adversidad. Los niños encuentran la esperanza en sus padres y es importante que la sientan desde muy pequeños; los adultos podemos ubicarla en nuestros mayores, padres o maestros, o en un Ser Superior. Para los que creemos en Dios, la esperanza es un ancla del alma, que nos da confianza y energía para vivir.

 

La Estrella de Belén será vista en el cielo y también puede ser sentida en nuestros corazones.

 

Feliz Navidad.

 

 

1 “La vida sigue igual”. J. Iglesias. 1964. España

La Vida sigue Igual (letra y canción) – Julio Iglesias | Musica.com

2 “Cápsulas con Valor”. E García y G. 2014. México.

Cápsulas con Valor – Glosas

20 de diciembre del 2020

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