ACUÍFEROS… ¿se recargan?


ACUÍFEROS… ¿se recargan?

 

Llegaron las lluvias en casi todo el País y de acuerdo a las estadísticas climatológicas aparecen con retraso pero ya no es novedad porque los patrones “típicos” ya no lo son. En todo el mundo se trabaja en los impactos socioeconómicos del Cambio Climático que ya afectan a muchos sectores de la población y particularmente al agrícola.

 

En un artículo1 recientemente publicado en Excélsior se apuntaba que las sequías era una de las afectaciones ambientales de nuestros días pero no la única. Los volúmenes de agua que se precipitan causan inundaciones y deslaves en muchos lados, y desafortunadamente no hay una infraestructura que capte el agua para los meses de sequía; ésa es una de las afectaciones que se debaten en la presa de la Boquilla en el estado de Chihuahua

 

En Guanajuato, la presa Allende mencionada en el texto arriba aludido, se construyó precisamente para controlar las demasías del río de la Laja que causaban problemas en los campos de cultivo e inundaciones frecuentes en la ciudad de Celaya y además para dosificar ordenadamente el líquido a las parcelas de riego circunvecinas. Una buena decisión que trajo muchos más beneficios a la comunidad entera aunque se haya sepultado la capilla existente y construcciones aledañas.

 

Hace años, la entonces Secretaría de Recursos Hidráulicos, promovía la reconstrucción de antiguos bordos virreinales para captar el agua de lluvia y respetaba las “cajas de agua”2 construidas por los propios agricultores para el mismo propósito. El tiempo pasó y en un caso, los sitios de acumulación de agua fueron rellenados para ampliar las áreas de cultivo, y en el otro, la autoridad competente las prohibió aduciendo que debían considerarse “aguas federales” no susceptibles de ser retenidas. Vaya razonamientos.

 

Durante el pasado Seminario Virtual “Diáspora Hídrica”, se presentaron algunas ponencias que proponían el captar agua de lluvia para reinyectarla a los acuíferos subterráneos utilizando modelos sofisticados pero muy alejados de la realidad. Basta señalar que los puntos de reinyección son minúsculos en comparación con las enormes zonas de recarga naturales además que la modelación hidráulica no toma en consideración los tiempos de alimentación de los acuíferos, que en la parte inferior suelen ser de miles de años como se constata de las mediciones que se hacen con el auxilio de técnicas nucleares de fechado como lo es el Carbono 14 y el Tritio.

 

Por lo anterior, resulta utópico pretender aplicar esos métodos de reinyección a los acuíferos subterráneos y la mejor forma es mediante la captación natural a través de la reconstrucción de los bordos y la autorización de la construcción de las cajas de agua ya enunciadas.

 

Ya se ha mencionado en otros escritos que el agua que se extrae del subsuelo es finita para todo fin práctico por los tiempos tan largos de penetración a las zonas de acumulación del líquido, por lo que el agua superficial es la fuente de aprovisionamiento por excelencia y deben de atenderse prioritariamente.

 

Para la Ciudad de México, que extrae aproximadamente el 70% de mantos acuíferos muy profundos con agua fósil de mala calidad, el que esto relata proponía la construcción de mini presas con sus unidades de potabilización en las serranías para cubrir las demandas de la gran Capital. A mucho menor escala, en San Miguel de Allende se lleva a cabo en muchas comunidades la “cosecha de agua de lluvia” con excelentes resultados que pueden constatarse y emularse en otros lados sin mayor problema y con mínimas inversiones.

 

La recarga de acuíferos es posible pero el agua superficial da mejores y más rápidos resultados. Piensa global y actúa local. Sí se puede.

 

 

1 “SEQUÍAS…impacto ambiental”. Glosas. E. García y G. Agosto 2020.

https://glosas.com.mx/2020/08/sequias-impacto-ambiental/

2 “CAJAS DE AGUA… motores de bienestar” Glosas. E. García y G. Abril 2012.

https://glosas.com.mx/2012/04/cajas-de-agua-motores-de-bienestar/

 

 

13 de septiembre del 2020

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