COVID… afectaciones ocultas


COVID… afectaciones ocultas.

El mundo de las personas con alguna discapacidad es muy diferente a como lo perciben los “capacitados” o normales; para ellos, un discapacitado es una persona que no puede caminar y debe usar una silla de ruedas, cuando la deficiencia puede ser de otras habilidades. En términos generales, cuando la sociedad se refiera a los discapacitados lo hace como personas con “capacidades diferentes” para no herir sentimientos cuando deberían hacerlo lisa y llanamente.

Es cierto que el no poder caminar es una discapacidad, pero no es la única, pues hay que agregar las debilidades visuales, auditivas, intelectuales y otras. Sin embargo, las primeras acaparan la atención, tan es así que el ícono visual es una persona en una silla de ruedas y las facilidades que se dan para subsanarla es mediante la colocación de rampas y pasillos con señalética estandarizada con colores azul y blanco.

Llama la atención que en algunos edificios públicos y privados existe el auxilio para las personas ciegas o débiles visuales, mediante la colocación de letreros escritos en idioma Braille, por ejemplo, en los tableros para llamar a un elevador y en ellos mismos para escoger un piso. Bien, avanzamos. El caso auditivo es totalmente diferente porque en primer lugar no se nota y en segundo, la debilidad puede ser total o parcial y en todo caso, la persona que la padece se auxilia en la lectura de los labios para comprender lo que se dice.

La pandemia que padecemos ha causado enormes estragos económicos que afectan directamente a la población pues el confinamiento ha cerrado la actividad de manera impresionante y nadie queda afuera pues la industria ha disminuido su producción, la mayoría de los comercios han cerrado, el turismo lleva tres meses de estar paralizado, las escuelas han suspendido las clases presenciales, etcétera, etcétera. Un verdadero atraso. Y si a eso sumamos las desviaciones de enormes recursos monetarios federales a proyectos fallidos, la situación es crítica.

Sin embargo, hay otro tipo de afectaciones derivadas del COVID que son difíciles de contabilizar, como son las psicológicas y las que inciden en personas con alguna discapacidad. Para disminuir las posibilidades de contagio, se ha dicho hasta el cansancio que el uso de mascarillas es imprescindible, aunque al principio del problema, la autoridad sanitaria federal negara su utilidad, y no se sabe si lo hacía por desconocimiento o por no contradecir al Presidente quien, irresponsablemente, jamás ha usado esa protección y lo presume. Lamentable por donde se le vea.

En esa misma línea va un comentario puntual sobre las medidas de protección para el contagio y es que al usar las mascarillas, las personas sordas o débiles auditivas, pierden el apoyo que tenían cuando no había que cubrirse la boca; vaya complicación. En algún caso, la pérdida auditiva se puede compensar con algún aparato auditivo y sería de esperarse que se consiguieran recursos económicos para su adquisición a precios de descuento.

Es increíble constatar cómo la crisis de salud por la que atravesamos ha dejado al descubierto lo vulnerable que somos como País. Sí, el COVID tiene afectaciones ocultas que tenemos que afrontar directamente como sociedad civil pues el Gobierno de la Federación tiene otra perspectiva. Es lamentable que el presidente de la República desconozca la existencia del CONAPRED, el Consejo Nacional para Prevenir la Discapacidad.

7 de julio, San Fermín del 2020

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