Recientemente apareció una nota en la prensa en la que se advertía la enorme dependencia del cobalto en las próximas décadas en todo el mundo pues es un material clave que se usa en las baterías y muy particularmente en las de los vehículos eléctricos. La tendencia mundial hace pensar que el “oro azul” se seguirá cotizando al alza conforme los fabricantes de automóviles incrementen la fabricación de esos motores. Es predecible que esas compañías estén comprando cobalto para crear sus propias reservas que garanticen la venta de sus motores y ese fenómeno ya se nota debido a que las minas están muy concentradas en determinadas localidades del planeta.
En el corto plazo, la preocupación estriba en que las reservas del metal son limitadas y la demanda de baterías crece constantemente y a un ritmo acelerado; el reto es la substitución de las pilas eléctricas por otras que no requieran ese metal y no hay duda que haya centros de investigación y desarrollo que estén trabajando sobre el tema; el desafío es enorme pues la movilidad de los vehículos no se puede detener ya que afecta directamente a la actividad de la población.
Es mi parecer que la movilidad en sí, es un problema de mayor magnitud que la escasez del “oro azul” pues surgirán otras alternativas, pero el primero ya presenta serias dificultades particularmente en las grandes ciudades, no se diga en la Ciudad de México. Hace un par de años, en el periódico Excélsior se publicó un artículo1 que analiza las causas y efectos ambientales y se destaca el problema de la movilidad y sus repercusiones directas en la contaminación del aire que afecta la salud de la población y por supuesto a la economía de las personas, empresas y también al propio gobierno.
Uno de los objetivos planteados para el Gobierno Federal por el entonces candidato a la presidencia y que parecía sensato, era la desconcentración de su actividad en la capital de la República para atacar de raíz el problema de movilidad que estamos tratando en este texto, pero desafortunadamente sólo quedo en una buena intención y nada más, pues las prioridades son de índole político en vez de desarrollo sustentable.
En otra columna publicada2 hace tres años se señalaba que el problema es complejo y no admite soluciones sencillas pues lo originan múltiples factores como número de vehículos, emisiones contaminantes, fluidez del tránsito, reglamentos, educación vial, el clima atípico, etcétera, etcétera.
1 Causas y efectos ambientales” Glosas. E. García y G. abril 2016. México https://glosas.com.mx/2016/04/causas-y-efectosambientales/
1 “EMPLEO …y tráfico” Glosas. E. García y G. abril del 2016. México