CORRUPCIÓN…así no


No es novedad alguna que una de las estrategias políticas previas a las elecciones,  “campañas”, es el período en el cual la persona que busca una posición expone sus puntos de vista respecto a la situación que guarda la zona de influencia de su posible jurisdicción, las propuestas para mejorarla el objetivo y desde luego el aprovechar reflectores y micrófonos para desacreditar a los contrincantes; el objetivo es ganar a como dé lugar sin importar la veracidad de las ideas o hechos expuestos, y menos la trascendencia de las propuestas. Afortunadamente en nuestro País, la autoridad electoral ha limitado el inicio de ese período y sobre todo su duración. Sin embargo, todo esto es letra muerta puesto que en la actualidad los actuales gobernantes o legisladores pueden hacer lo que quieran dado el “permiso” que tienen por el ejemplo da el Ejecutivo Federal. Mal, muy mal.

 

En efecto, el Presidente lleva seis meses actuando como candidato y hay un sinnúmero de acciones ejecutivas que las lleva a cabo haciendo caso omiso a la legislación vigente, siguiendo una de sus polémicas frases “al diablo con las instituciones”. No es de interés en este texto abundar sobre las acciones gubernamentales que siguen esa premisa de campaña, sino abordar un tema crucial para el desarrollo de la vida nacional: la corrupción.

 

Durante el gobierno del Presidente Peña Nieto, este señaló que ese cáncer era innato al mexicano, lo que motivó el rechazo generalizado de una buena parte de la población en la que obviamente me incluyo, pues me pareció y lo reitero es marcadamente ofensivo. Durante su gobierno instituyó varias instancias para atender el problema sin lograr reducir el problema. Es de preguntarse ¿qué tan cierta sigue siendo su aseveración?

 

El Presidente actual tomó ese problema como bandera de campaña y lo sigue haciendo frecuentemente para justificar su quehacer. Es ocioso enumerar las diferentes acciones gubernamentales en las que ha hecho de la corrupción su carta blanca o “laissez passer” para actuar sin cortapisa alguna.

 

Durante el régimen anterior y el actual atacan los efectos del mal sin tomar en cuenta la génesis del problema y parece que ahora no hay intención alguna para remediarlo. Sin embargo, y aunque se vea como una utopía, la solución está en la reparación del tejido social.

 

En otras Glosas1 publicadas en Excélsior, se abordó el tema y se hicieron algunos señalamientos que ahora rescato algunos, a sabiendas que serán gritos en el desierto, pero no hay que quitar el dedo del renglón pues sería una claudicación a los principios éticos heredados de nuestros mayores y maestros.

 

También se dijo2 que tenemos.

 

 

 

 

1 “Restauración…del tejido social” E. García y G. octubre 2017 https://glosas.com.mx/2017/10/restauraciondel-tejido-social/

 

2    “Laicismo con valores…¿a qué le temen? E. García y G. diciembre 2014

https://glosas.com.mx/2014/12/laicicmo-con-valoresa-que-le-temen/

,