CIEN MIL…gracias


Es un gran avance que las campañas electorales estén acotadas en el tiempo porque para el electorado común son un fastidio. La clase política lo sabe pero se hacen de oídos sordos pues no les queda otro remedio que aparecer en todo lugar so pena de ser olvidados en las urnas.

 

Al hacer una revisión superficial de las propuestas hechas recientemente en varias entidades del País es una pena constatar que no hay substancia en ninguno de los candidatos y solamente se preocupan por figurar pues ha quedado claro que la “argumentación” del ataque frontal ni mella les hace. Es una desvergüenza que los señalamientos de corrupción abierta de ex gobernadores, senadores, diputados, alcaldes, etc., no tengan como consecuencia una acción penal pues deja al descubierto la impunidad que vivimos. Cinismo a ultranza.

 

Pero bueno, hay que seguir pues no tenemos otra alternativa que trabajar honestamente en los temas que preocupan y compartirlos en el  entorno con las dificultades burocráticas aunque nos parezcan ridículas.

 

Después de muchos años de usar la pluma para expresarme hay momentos de agradecimiento para quienes han tenido la paciencia de leerme en libros, artículos, tuits y textos, y ahora es uno de ellos. Les comento que mis primeros escritos salían en un “periódico” escolar del Instituto México cuando estaba en segundo de secundaria y que se imprimía en un mimeógrafo, y desde ese entonces trato de seguir la consigna romana “Nulla dies sine linea” que significa “Ni un día sin línea”.

 

Hay días de inspiración y la tinta fluye suavemente pero hay otros en que de plano se tapa la pluma porque sólo hay malas noticias y lo mejor es guardar silencio. Pero llega la calma y de nueva cuenta viene la esperanza de que las cosas puedan cambiar algún día y eso se consigue poco a poco. Desde mi modesta trinchera comparto opinión con base en experiencias y algunos conocimientos en los temas que ya conoces: educación, medio ambiente, ciencia y hasta un poco de política.

 

El hacer esto con cierta frecuencia, siempre se corre el riesgo de escribir alguna imprecisión o de hacer críticas incómodas pero nunca con el afán destructivo, y como siempre lo señalo mi buzón está abierto a recibir comentarios cuando son bien intencionados.

 

Mucho agradezco a los editores de Expansión, Señal, FIDE, CampOportunidades, CFE, IIE, El Sol, El Universal, Ecos de San Miguel y otros, por haberme abierto sus páginas para escribir unas líneas en ellas. Recientemente y hace justo diez años que escribo la columna que lees amable lector Glosas, que gentilmente Excélsior publica en sus páginas y archivo en el blog de ese nombre, cuyo contador de entradas ha marcado el número cien mil.

 

Independientemente del gusto personal por escribir la parte más importante son ustedes amigos lectores y es por ello que ahora les doy las gracias en el mismo número. Cien mil gracias