La entrada de los tanques militares a Ciudad Universitaria la presencié con horror pues en algunas facultades de la UNAM las clases continuaban pues los nerds de Ciencias no podían atrasarse so pena de perder la secuencia del temario. Había inquietud por lo que ocurría en el Poli, sí, pero no se veía la relación con nuestro programa académico. Fuimos avisados de la irrupción del ejército y suponíamos que habría algún desorden que los vigilantes del campus no podían controlar. Nos dirigimos hacia la puerta de salida frente a la Escuela de Odontología y pasamos por la Escuela de Ciencias Políticas donde había alboroto. En unos minutos estábamos fuera viendo entrar a los vehículos verdes. Era el año de 1968 pero parece que fue hace unos días.
De pronto, al leer ahora los mismos encabezados sobre la vulneración de la “autonomía universitaria” me acordé de mis años estudiantiles y de nueva cuenta el cuestionamiento sobre su significado. En aquél entonces pregunté a mi padre abogado y me aclaró que se refería a la independencia cabal en lo referente a la enseñanza y que nada tenía que ver con una supuesta extraterritorialidad del campus universitario que tenían embajadas y domicilios de sus funcionarios. Los hechos delictivos en CU podrían ser atendidos por la policía como auxiliares para preservar el orden. Punto aclarado desde ese entonces.
Ayer como hoy se dan malos entendidos sobre diferentes términos y en muchos casos de manera dolosa, es decir “a la carta”; uno de ellos es ése, “autonomía universitaria”, pero no es el único. La semántica es una parte de la gramática que estudia el significado de los términos del lenguaje y debemos prestarle atención para que no nos confundan y por supuesto si queremos hablar bien.
La autoridad de la lengua española recae en la Real Academia Española, y su Diccionario ayuda a conocer el significado de las palabras de nuestro idioma que se actualiza permanentemente incluyendo nuevos términos de uso común e interpretaciones que se dan en países hispanoparlantes. Hecha esta aclaración me permito comentar unos términos muy usados por nuestra clase política que causan confusión, cuyo significado lo encontramos justamente en el diccionario de la mencionada organización,DRAE.1 Solamente incluyo alguna acepción y te invito amable lector para que hagas tu consulta e interpretes el vocablo.
Autonomía: “Condición de quién, para ciertas cosas, no depende de nadie” Referente a la universitaria se aplica en lo relativo a la enseñanza y NO a una supuesta extraterritorialidad que tienen embajadas y sus anexos diplomáticos, como lo asumen autoridades gubernamentales e incluso universitarias.
Derechos humanos: “Especialmente en el ámbito internacional, derechos fundamentales” es decir “los que por ser inherentes a la dignidad humana y por resultar necesarios para el libre desarrollo de la personalidad…asignándoles un valor jurídico superior”. Es claro que el término es universal y NO privativo para los involucrados en delitos como lo interpretan y así lo aplica la clase política.
Estado de derecho: “Situación en que se encuentra alguien o algo, y en especial cada uno de sus sucesivos modos de estar” y “cuyo poder se encuentra determinado por preceptos legales” Lo anterior NO es a discreción pues se sustenta en leyes y reglamentos vigentes. Es un verdadero estribillo en discursos políticos que cada quien lo aplica de acuerdo a sus conveniencias. La impunidad resta credibilidad a las instituciones y es contraria al Estado de derecho; NO es tolerancia.
Laicismo: “Doctrina que defiende la independencia del hombre o de la sociedad, y más particularmente del Estado, respecto de cualquier organización o confesión religiosa”. Es mi parecer que la educación básica debe sustentarse en la enseñanza de valores éticos que NO está en contra de la laicidad que exige nuestra Constitución y que es piedra angular para garantizar una formación cívica integral de niños y jóvenes. Por prejuicios históricos nuestros gobernantes y políticos la encuadran en la religión católica lo cual es un error mayúsculo que urge sea enmendado.
Como señalaba párrafos atrás éstos y otros más, se usan “a la carta”, dolosamente o por ignorancia, que confunden a la ciudadanía y es preciso aclarar y compartir para evitar malos entendidos además de hablar con propiedad.
1 Diccionario Real Academia Española, oct 2014, Madrid, España
http://www.rae.es/recursos/diccionarios/drae