El anuncio del inicio de la construcción del trazo de tren interurbano que une la Ciudad de México con la de Toluca es una grata noticia pues revive la importancia del transporte de pasajeros por ferrocarril que tiene múltiples repercusiones positivas, una de ellas la ambiental pues habrá menos emisiones de gases contaminantes.
Esta buena nota deberá estimular a otros estados como Querétaro y Guanajuato para que insistan en sus planes ferroviarios ya anunciados pero que siguen en “estudio”. Con relación al segundo estado ese análisis lleva cuando menos 20 años, sí amable lector veinte, y sobre ello he compartido mi punto de vista en otras instancias1; todo ha sido anuncio tras anuncio que han aparecido justo antes del momento electoral y esperamos que ahora sí sea una realidad aprovechando el impulso que está dando el Gobierno Federal y el interés manifiesto del gobernador guanajuatense.
Otro impacto que tiene el arranque del proyecto del tren en comento es en el renglón del transporte público en las ciudades y no sólo me refiero a la Capital del país sino a muchísimas más. Está fuera de toda duda que la contaminación atmosférica proviene en buena parte de la combustión de hidrocarburos y de ésta la mayor proporción la tiene el uso de vehículos automotores. En el DF la cifra aproximada publicada por SEMARNAT2 es del 35%, que es el doble del proveniente de la generación energética para diversos usos. Por si lo anterior no fuera suficiente es de señalar que esas emisiones contaminantes generan el 80% de los precursores del ozono que además de ser nocivo per se, es contribuyente del efecto invernadero como se acotó en otra publicación3.
Las modificaciones al programa “Hoy no circula” entraron vigor hace unos días y desde su anuncio ha originado reacciones negativas de la población y muchos cuestionamientos. Es claro que su objetivo fundamental es el disminuir las emisiones nocivas del autotransporte pero creo que no basta. No tengo las cifras base del cálculo que respaldan las nuevas medidas como para argumentar su efectividad teórica y me pregunto por ejemplo si habrán considerado el incremento del parque vehicular como una reacción para cubrir las limitaciones de movilidad de la población afectada, y más interrogantes que abordaré en otra ocasión.
Para lograr tales disminuciones se pretende limitar la circulación de vehículos en función de sus emisiones y supone que los modelos más recientes no contaminan y por el contrario los antiguos si lo hacen. Es posible que lo primero sea cierto pero lo segundo no necesariamente pues depende del estado que guardan los motores. Me parece que el criterio fundamental debe ser el resultado de la verificación mecánica vehicular.
Mencioné párrafos atrás que me parecía bien el limitar el uso de los vehículos pero que la medida no era suficiente pues no basta el desanimar el uso individual tomando en consideración que la ocupación promedio vehicular es 1.2 personas y por el contrario es urgente fomentar el transporte público colectivo lo que traería como consecuencia la disminución de emisiones en función de tener menor número de vehículos en circulación, y máxime si esos vehículos colectivos son eléctricos. Sí se puede.
El tema del transporte público ha sido abordado por múltiples autores e instituciones en diversos textos4 narrando su historia y analizando su evolución, características y retos en diferentes épocas. Inicia a finales del s. XIX con los tranvías de tracción animal que fueron substituyéndose por unidades que se movían con motores eléctricos; su proliferación fue tal que en los años veinte el 85% del transporte utilizaba energía eléctrica para su funcionamiento. En esos años la red de tranvías en el DF tenía una longitud de aproximadamente 350 kilómetros.
Más adelante, la aparición de motores de gasolina dio como resultado un incremento extraordinario al uso del automóvil, literal, y de los transportes públicos colectivos autónomos dejando atrás la participación de los tranvías eléctricos. A mediados del s. XX circulaban en la ciudad capital alrededor de 2,500 camiones de pasajeros que ocupaban las rutas de los tranvías eléctricos que a la sazón no sumaban más de medio millar. La modernidad se hizo presente en nuestra Capital y se inició la debacle de los tranvías retirando paulatinamente las vías hasta desaparecerlas; mientras tanto en Europa se respetaba esa forma de transporte a la que se sumaba la de los autobuses de motor. Crecimiento razonado.
Nuestra realidad actual es que el transporte público en la Ciudad es cubierto por microbuses de gasolina y el Metro, y en menor proporción el tren ligero, metrobuses y trolebuses. No es posible pensar en recuperar la impresionante red que tenía el tranvía pero sí regresar al punto en que el transporte público colectivo resolvía la movilidad citadina. Todos contribuyen y es necesario atender puntualmente su participación y perspectiva de uso actual y futuro analizando las diversas aristas que tiene cada uno.
En este espacio sólo quiero mencionar la efectividad con la que el metrobus opera en varias ciudades del País, como León, Gto.5, que lleva 11 años operando, Distrito Federal 9 y Guadalajara 5, por mencionar las más relevantes. Es menester seguir esos casos exitosos para estimular su uso en otras localidades. Un paso adelante en esta modalidad de transporte es el cambio a motores eléctricos lo que le daría una preponderancia similar a la del Metro pero a un costo sensiblemente menor.
El problema de contaminación es complejo y no tiene solución única. La limitación del transporte individual es una de ellas, bien, pero el fomento del transporte público colectivo ofrece todo un conjunto de alternativas de solución. Hagamos realidad el Hoy Sí Circula con el transporte público. Sí se puede.
1 “Los ferrocarriles…como el Ave Fénix”, E, García y G., mayo 2012
2 “Contaminación”, SEMARNAT, agosto 2007http://www.semarnat.gob.mx/archivosanteriores/informacionambiental/Documents/05_serie/yelmedioambiente/5_contaminacion_v08.pdf
3 “El Cambio Climático y el Ozono”, E. García y G., junio 2013
4 “El transporte de pasajeros y el sistema vial en la Ciudad de México”, UNAM, junio 2007 http://biblio.juridicas.unam.mx/libros/6/2735/12.pdf
5 “Sistema integrado de transporte, Optibús”, Wikipedia, mayo 2014