No cabe duda que las redes sociales constituyen un elemento adicional en el desarrollo de la sociedad actual en México y en todo el mundo. En nuestro País lo acabamos de corroborar con las contingencias climatológicas que han cobrado aproximadamente doscientas de vidas y miles de millones de pesos en pérdidas materiales. La importancia de la actividad cibernauta fue clave para dar a conocer la naturaleza de los fenómenos, informar de los siniestros, prevenir daños mayores, mitigar los efectos en las personas y exigir a las autoridades su responsabilidad en distintas facetas, por mencionar lo más relevante.
A través de twitter pudimos constatar la inefectividad gubernamental para avisar oportunamente a la ciudadanía sobre la inminencia del mal tiempo y las medidas de protección civil que se deberían adoptar. Las redes sociales incluyendo a los medios informativos cubrimos el vacío noticioso en la medida de nuestra capacidad y alcance. Posteriormente nos enteramos del inicio de la repartición de errores y evidentemente señalando a “otros” como los presuntos culpables sobre los que se aplicaría sin miramientos todo el peso de la ley, fuesen autoridades gubernamentales, legisladores y la iniciativa privada. Siempre lo mismo.
Sin existir un ordenamiento formal varias entidades gubernamentales en sus tres niveles empezaron a diseminar en las redes sociales y la prensa escrita, folletos informativos, manuales de protección, mapas de riesgo, atlas de siniestros y otros, así como las estrategias de difusión de los mismos hacia la población y autoridades de gobierno. Todas esas acciones las percibimos como explicaciones no pedidas y como reza el refrán, acusaciones manifiestas; sin embargo algo ganamos con esas lecciones aprendidas pues en adición a lo señalado tenemos con más frecuencia los boletines del estado del tiempo que informan de manera puntual el devenir climatológico y las acciones preventivas para diferentes situaciones, las cuales se les da mayor difusión en las redes sociales. Bien muy bien.
Ahora viene la tarea más difícil que es la reparación de los daños con tiempo perentorio fijado por el Ejecutivo Federal y las enmiendas a las acciones gubernamentales de prevención y mitigación de efectos causados por las contingencias climatológicas. Estas labores cobran mayor atención porque serán más frecuentes por la presencia del Cambio Climático según lo señalan especialistas internacionales en la materia y éste atribuido sin lugar a dudas por la actividad humana; recientemente se efectuó un panel del “Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático” que refrendan lo anterior y lo expresan en sus conclusiones1 mismas que se apoyan en trabajos previos sobre el tema2. Lecturas recomendadas.
Es claro que hay material suficiente para atender el asunto y es gratificante que ya es utilizado por nuestros grupos gubernamentales dedicados al problema y que incluso participan de manera directa. No obstante, el verdadero problema que tenemos es de otra índole y con doble implicación. Por un lado la difusión del material resultante hacia otros órganos de gobierno y a la población misma, y por el otro la implantación efectiva de dicho material. En Glosas3 anteriores señalaba ambos aspectos como asignaturas pendientes y muy especialmente lo segundo donde la actividad municipal es fundamental.
Se decía que para enfrentar las contingencias de lluvias extremas era urgente el trabajo conjunto del personal municipal de Protección Civil y del Organismo Operador de Agua y que era menester la elaboración o actualización de los “Planos de riesgo por inundaciones y deslaves” y “Manuales Operativos de Protección Civil en casos de desastre” y que en caso de incapacidad se recurriera a otras instancias, estatales o federales. Tareas clave por atender que tenemos bien identificadas.
Es indudable que el grado de concientización de la población sobre estos asuntos hace que la petición tome forma de reclamo y exigencia, e incluso de mandato judicial en caso de incumplimiento. El Municipio Libre está claramente definido en nuestra Constitución donde se fijan las obligaciones del Ayuntamiento que tiene que cumplir so pena que el congreso local lo sancione drásticamente al grado de desaparecerlo en casos graves. Reitero que es oportuno que se legisle en la materia de manera que sea explícita la obligatoriedad de cumplir y hacer cumplir los ordenamientos que surjan con relación a los asuntos en comento. El Municipio Libre es, pero debe asumir sus responsabilidades.
1 Informe del panel del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático, septiembre 2013.
http://www.ipcc.ch/news_and_events/docs/ar5/press_release_ar5_wgi_en.pdf
2 Informe especial sobre la gestión de los riesgos de fenómenos meteorológicos extremos y desastres para mejorar la adaptación al Cambio Climático. Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, PNUMA, y la Organización Meteorológica Mundial, OMM, 2012.
https://docs.google.com/file/d/0B1gFp6Ioo3akTVJYV0dRYnM4c0U/edit?usp=drive_web&pli=1
3 Glosas. Ciclones…lecciones aprendidas. E. García y G. Septiembre 2013.
http://www.excelsior.com.mx/opinion/opinion-del-experto-nacional/2013/09/23/919897