NUESTRA ENERGÍA … más que petróleo


Desde hace varias semanas el tema de la reforma energética acapara todos los reflectores y éstos se concentran en PEMEX lo que cansa e incluso hastía. Ahora resulta que todos los líderes políticos son expertos en el tema y tienen la última palabra, y ésta gira en torno a la paraestatal.

 

Si bien es cierto PEMEX es la empresa nacional más grande e importante del País, no debe considerársele como el único tema en la mesa de negociaciones de la reforma energética. Por sí ésto fuera poco la palabra clave que da origen a controversias infundadas es “privatización”. Quien la menciona y más quien la acepta y promueve es considerado como un demonio que atenta contra la integridad de la Patria.

 

La mayoría de los detractores de la reforma energética que hacen comentarios a priori y sin fundamentos, no saben o pasan por alto que la empresa privada trabaja con la paraestatal desde hace muchos años después de la expropiación del petróleo y creación de la institución que lo administra.

 

Un hecho irrefutable es que después de 75 años de su fundación la empresa no ha podido consolidar una tecnología propia que responda a los requerimientos  actuales en la materia. Se hicieron intentos para lograrlo como lo fue la creación del Instituto Mexicano del Petróleo, IMP, pero no fue suficiente. Siempre hubo necesidad de tener dentro de PEMEX grupos de prospección, perforación o refinación, mano de obra privada nacional y extranjera que ha venido laborando con la institución sin que eso significara un atentado contra la contra la soberanía nacional.

 

Aún y cuando no se conoce todavía el contenido de la reforma aludida, comparto algunas consideraciones que desde mi modesto punto de vista deberán atenderse. Esperamos con gran interés el documento que presentará la Presidencia de la República y en su momento comentaré lo que haya lugar.

 

No es novedad mencionar que nuestro País cuenta con reservas petroleras y de gas natural que podrían ser procesados y convertirse en exportador  de productos terminados y no en importador de ellos como ha venido ocurriendo. Lo más fácil es vender la materias primas y recibir de manera inmediata los beneficios monetarios para financiar las importaciones y otras áreas estratégicas pero con el agravante de renunciar implícitamente a un desarrollo sostenible.

 

Por otra parte también sabemos que hay universidades y centros de investigación que tienen el potencial humano para abordar el tema energético y no lo hacen por la inexistencia de un esquema de vinculación con el sector. Por lo anterior considero urgente la formación de grupos de expertos nacionales que atiendan las necesidades energéticas actuales y futuras; sin embargo el enfoque deberá ser más amplio que el petrolero.

 

Cuando se habla de las fuentes renovables de energía y su inclusión en un entorno amigable con la naturaleza, nadie pone obstáculo alguno; sin embargo el tema es relegado y pasa a un segundo término para esperar otra oportunidad. Es por ello que considero impostergable el analizar los requerimientos de energía dentro de un marco de referencia congruente con la protección al medio ambiente. Obviamente esperamos que la reforma anunciada esté en sintonía con las estrategias nacionales de desarrollo y en particular contra el cambio climático pues de lo contrario estaríamos cavando nuestra tumba. Cuidado.

 

Esas fuentes energéticas renovables como la hidráulica, geotérmica, solar, eólica, mareomotriz, biomasa, por mencionar las más avanzadas tecnológicamente, están latentes esperando que sean identificadas y caracterizadas para después ser transformadas en otras formas que se convertirán en fuentes de progreso y bienestar que nos merecemos desde hace tiempo.

 

Nuestro futuro energético se debe fundamentar en una plataforma que incluya todas las alternativas posibles y no solamente basadas en los hidrocarburos y menos aún en PEMEX. Nuestra energía es más que petróleo