ESPERANZA … sólo con Educación


Se avecina el cambio de estafeta para la conducción del País y el ambiente para muchos es de desconcierto, pero para otros, en el que me sumo, es de esperanza. Ya pasaron los días de controversias formales y superficiales para dar paso a la acción y sin embargo, partidarios o no del nuevo régimen tenemos dudas sobre el rumbo que se le dará a la conducción de la Nación y muchas más sobre la forma de instrumentarlas.

 

Ya tenemos alguna pista sobre la forma que se ejercerán las actividades para garantizar la seguridad pública y ésta se basa en el manejo que ejercerá la Secretaría de Gobernación. Tal parece que todas las riendas se concentrarán en ese ministerio, que evitarán estrategias de mando disímbolas y hasta incongruentes como muchas de las actuales, lo que motivó una ineficiencia con malos resultados. Todo bien, siempre y cuando se establezcan los medios legislativos de control y seguimiento de acciones, para evitar un autoritarismo exagerado. Votos de esperanza.

 

Hay otros rubros importantes en los que se han señalado cambios, sin embargo todavía no se sabe la motivación para hacerlos, y me refiero en concreto a la anunciada Secretaría de Desarrollo Agrícola, Urbano y Territorial. Supongo a priori que se trata también de concentrar actividades que conlleven a un desarrollo económico, es decir una secretaría de fomento, como en otras épocas existió. Nada nuevo bajo el sol. Mis dudas sobre la efectividad de esta súper secretaría, se originan por el abanico tan grande de actividades que cada una de las áreas representa y que demandan acciones puntuales y, unas muy delicadas como la agrícola.

 

A ese respecto me parece pertinente la desaparición de la Secretaría de la Reforma Agraria, SRA, ente que pretendía resolver, las múltiples inconformidades y demandas que surgieron de las expropiaciones de predios agrícolas; es bien sabido que existen miles asuntos sin resolver desde hace setenta años. La SRA tenía y sigue teniendo todavía, consignas tácitas de no pagar las indemnizaciones de los afectados, que continúan esperando justicia. Una vergüenza. Me pregunto si esa misma secretaría además de atender ese indignante rezago, se abocará a resolver los problemas que se avecinan con la producción alimentaria, vis à vis el inminente cambio climático. Incógnitas. Esperanza, no hay de otra.

 

Con relación al desarrollo territorial que atenderá la nueva secretaría, es de suponerse que con base en las diferentes características regionales, buscará fomentar su desenvolvimiento equilibrado. Un punto clave es el referente a los recursos hidráulicos y más aún cuando se le vincula con su principal usuario: el sector agrícola. Tanto en agua superficial y subterránea, el campo consume alrededor del 70% del agua, por lo que es fundamental emprender acciones para su uso eficiente y no solamente en los aspectos de riego sino en los concernientes a los cultivos idóneos por región. Tareas muy delicadas y de enorme trascendencia. Esperanza.

 

Hace un par de días, la OECD (Organization for Economic Cooperation and Development) señalaba en un informe sobre Agua en América Latina y el Caribe  http://bit.ly/Th41tW que uno de los principales obstáculos para enfrentar los problemas de abasto y saneamiento de agua en el 90% de los 13 países encuestados, es el mínimo interés y participación  de  los usuarios. Lo anterior se explica por los bajísimos niveles de educación hídrica que ofrecen los gobiernos en sus distintos niveles. En adición a lo anterior se indica que otra dificultad es la falta de capacidad y conocimiento técnico de los directivos, que se manifiesta con el entendimiento equívoco de diagnósticos a mediano y largo plazos, y las acciones específicas para atenderlos.

 

Como en el caso anterior, el común denominador de los programas de desarrollo es la necesidad de proliferar las actividades educativas a todos los niveles y  empezando en los primeros años. Esperanza. Por otro lado, me preocupa el hecho que los aspectos de educación que anuncia el nuevo Gobierno Federal, consideren solamente el ampliar la cobertura y mejorar su calidad, pero sin tomar en consideración los aspectos formativos para la nueva generación de mexicanos, que dicho sea de paso ya nació.

 

En pocos días tendremos un nuevo gobierno y con ello nace una esperanza, una posibilidad para que nuestro País sea otro. Será una verdadera esperanza si ésta se sustenta con Educación

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