FERROCARRIL… como el Ave Fénix


Otra vez salta a la mesa política el tema de los ferrocarriles que como el Ave Fénix se niega a morir y aparece para dar esperanza. La realidad es que en estas vísperas de elecciones, sólo algunos valientes lo abordan obligadamente y se deshacen de él lo más rápido posible, como si fuese un tabú, desechando la alternativa real1 de ese medio de transporte.  A nivel federal no he escuchado a aspirante alguno hablar del tema, sin embargo a nivel estatal sí, pero con posiciones antagónicas.

 

En el caso guanajuatense el retomar el proyecto del tren interurbano2 ha sido descartado por uno de los contendientes esgrimiendo su inviabilidad económica, proponiendo en cambio la estructuración de un sistema de carreteras que cubrirían la creciente demanda. Por otro lado, los vecinos queretanos ya están hablando de echar andar un proyecto ferroviario de pasajeros para conectarse con la ciudad de México, pero sin dar mayor detalle. En ambos casos se trata de proyectos generadores de votos, cuando deberían ser impulsores de progreso. El tema es más complejo y, a mi parecer viable.

 

En varias ocasiones se han escuchado voces, incluyendo la mía, que han propuesto incorporar al ferrocarril como una verdadera alternativa para el transporte de pasajeros, pero sin conseguir el eco suficiente como para que ya fuese una realidad. Desconozco la argumentación a favor que se plantean en Querétaro, y en su caso me sumaría a la idea con independencia total al tinte político que pudiera haber. En el caso de Guanajuato sí tuve participación en el proyecto del tren interurbano estatal, cuando se analizaba en el Patronato Universitario la conveniencia de ceder terrenos del campus, para otorgar el derecho de vía que requería el trazo a su paso por el municipio de Irapuato.

 

En las reuniones de trabajo se analizó el proyecto completo con las implicaciones sociales y económicas. A estos criterios agregué el ángulo ambiental por considerar que era menester fomentar la sustitución paulatina del uso de los hidrocarburos por considerarlos causantes del efecto invernadero y por ende del cambio climático que ya se padece.

 

La argumentación económica se basaba en un modelo de desarrollo concesionado donde se otorgaban al inversionista derechos de uso a largo plazo, pero la Universidad de Guanajuato se reservaba algunos en el tramo que atravesaba el campus. El análisis tarifario señalaba la conveniencia de otorgar diversos estímulos fiscales en los primeros años para hacer competitivos los costos con los de los autobuses actuales.

Desde el ángulo social era claro que con el tren interurbano se agilizaba el transporte de personas a lo largo y ancho del Estado, que aunque se tiene una amplia y eficiente red carretera, la inclusión del tren daba más dinamismo a la actividad industrial, comercial y educativa. En este último rubro la UG veía con beneplácito el proyecto pues permitiría el acceso de sus estudiantes a los cuatro campus establecidos y a la sede en la Capital. La motivación era el enlazar los servicios académicos de nuestra universidad pública por todo el Estado y así cumplir con su función social, lo cual ocurre en múltiples sitios en el extranjero, donde los estudiantes llegan a los recintos universitarios por ferrocarril sin necesidad de tener automóvil.

 

Con relación a la argumentación ambiental esgrimía la conveniencia de dar marcha al proyecto pues coadyuvábamos así a evitar mayor calentamiento global por el uso de hidrocarburos, ya que el tren se movería con energía eléctrica. Esta substitución del medio de transporte tendría un efecto multiplicador que se iría extendiendo desde el centro del País y primeramente hacia el vecino estado de Querétaro y la ciudad de México. Cabe la aclaración que ese tramo ya cuenta con doble vía y está electrificado, lo que da mayor viabilidad y relevancia al multi mencionado proyecto.

 

Es mi parecer que el Estado debe asumir su papel de promotor del desarrollo considerando los escenarios internacionales y por ende los compromisos en materia ambiental suscritos. Al ser un proyecto impulsor de desarrollo, el análisis de competitividad económica debe considerar escenarios a corto, mediano y largo plazos, incluyendo las proyecciones internacionales de los precios de los combustibles y no circunscribirse al análisis tarifario vigente.

 

El cambio climático es un hecho irrefutable en el que la comunidad internacional está trabajando para modificar las tendencias actuales, mediante hechos concretos como lo es la disminución del uso de hidrocarburos. La participación del ferrocarril en el transporte de pasajeros es un claro ejemplo para lograrlo y debe ser propiciado y fomentado por el propio Estado.

 

La visión de un verdadero gobernante debe ser a largo plazo, para generar acciones a gran escala y que trasciendan para poder transformarse en progreso para la población. No es cuestión de voluntad política sino de concepción de proyectos de estadistas.

 

1 “EL FERROCARRIL …una alternativa real” Glosas, E García y G., abril 2010

 

2 “AUTOPISTA y TREN INTERURBANO …¿propósitos de año nuevo?” Glosas, E. García y G., diciembre 2010

 

7 de mayo del 2012

 

 

COMENTARIO

 

El artículo de los Ferrocarriles muy interesante.. Es una pena que no se invierta más en transportes ferroviarios, sobretodo de pasajeros. El punto que quería comentar es que en el artículo dices:

 

“Con relación a la argumentación ambiental esgrimía la conveniencia de dar marcha al proyecto pues coadyuvábamos así a evitar mayor calentamiento global por el uso de hidrocarburos, ya que el tren se movería con energía eléctrica.”

 

Es indiscutible que con un tren eléctrico no se usan hidrocarburos directamente, pero como bien sabes, la energía eléctrica se tiene que generar en algún punto. Idealmente con fuentes renovables y no contaminantes, pero desgraciadamente muchas veces con hidrocarburos, no directamente en el tren, pero si en una central termoeléctrica. En Suecia, el 63% de la energía que se consume es nuclear o renovable (la producción de energía eléctrica en Suecia es 99% nuclear o renovable, la diferencia es energía importada). Por lo que tengo entendido, en México los porcentajes son bastante diferentes por lo que la generación de energía eléctrica está más ligada a los hidrocarburos (no encontré una tabla tan clara como la de Suecia). El sistema ferroviario en Suecia está en su mayor parte electrificado y toda la energía eléctrica que se usa en el transporte de pasajeros se compra a energía verde, es decir, que no proviene de hidrocarburos. Así que el hecho es que tu punto sería correcto en Suecia, pero creo que en México estaría sujeto a que la energía eléctrica fuera producida. Eso no quita que es una excelente idea tener trenes electrificados.

Francisco Cortina Correa. Rotemburgo, Suecia