Siento mucho que haya causado esperanza el título de la columna pues sigue sin llover en la mayor parte del país y San Miguel no es la excepción. El comportamiento de las precipitaciones continúa siendo atípico. La gente del campo hace sus pronósticos de lluvia de todo el año, con base en las “cabañuelas”, que son las precipitaciones durante los doce primeros días de enero y se aplica a los meses del año.
Son creencias de algunos agricultores que aplican para decidir las fechas de siembra. He de aclarar que no he encontrado un respaldo técnico ni mucho menos científico de lo anterior y simplemente respeto su pensar.
La escasez se lluvia se manifiesta adicionalmente en los volúmenes de agua captados en las distintas presas. La Allende tiene un volumen almacenado a la fecha del 25%, situación que no se presentaba desde hace 40 años; una situación similar ocurre en los otros embalses guanajuatenses y de la región. Sin pensar en los augurios de las cabañuelas, a partir de la estadística de precipitaciones en el centro de la República, la temporada de lluvia se afianza hasta el mes de mayo. Preocupante, sí, muy preocupante. Ya hablaremos de ésto en otra ocasión.
Pero volviendo al tema central de la columna y les comento que efectivamente tenemos lluvia de estrellas a la vista para hoy martes 3 de enero. Se trata de la puesta en escena de las Cuadrántidas (QA). En otro espacio he comentado que la lluvia de estrellas es un fenómeno cosmológico que se produce cuando los residuos de cometas que se localizan en el espacio, chocan con la atmósfera terrestre y se incendian, lo que da una impresión de estrellas fugaces. La luminosidad del suceso es tal que se perciben a simple vista, se miran como un destello de corta longitud, pero de gran intensidad que acapara la atención. El conjunto de ellos da la impresión de una lluvia de estrellas.
El fenómeno es cíclico pues la tierra pasa por los mismos sitios donde se encuentran los restos de cometas y es por ello que estas lluvias pueden pronosticarse anualmente. Durante todo el año se produce el suceso pero no todos se ven por ser algunos de baja intensidad. Del historial que se ha formado, se sabe el período en que se verán y las fechas de mayor intensidad, así como el número de meteoros observable por hora. Para las que estamos comentando el período es del 1 al 13 de enero, con máximo el 3, en el que se podrán observar hasta 120 estrellas fugaces por hora. Miremos el cielo, es gratis.
Es una lástima que mi madre viva en la Ciudad de México, pues es la más entusiasta promotora de ver el cielo, pero desafortunadamente por la contaminación ambiental tanto de gases como lumínica, es difícil ver el contenido del firmamento. Ese gusto lo heredó de su padre, mi abuelo, ingeniero de minas y cosmógrafo y que el de la pluma trata ahora de transmitir a hijos y nietos. Invito a quienes vivan en un sitio propicio, que se asomen a ver la bóveda celeste y aprecien este fenómeno. Sugiero buen abrigo, observar recostados boca arriba, un poco de paciencia para que salga la primera estrella; es todo.
Para los que están equipados con un iPhone o iPad, les recomiendo bajar la aplicación Star Walk que es prácticamente un libro abierto de cosmografía elemental que les servirá de guía para mirar el cielo y aprender de él. El de la pluma estrenará la tableta que le regalaron para ver el cielo y su descripción en textos e imágenes al mismo tiempo. Ya le platicaré. Hoy sólo les comento que tenemos lluvia a la vista, pero de estrellas.