EL FIRMAMENTO Y LAS NOTICIAS… antagonismo puro


¿Habrá perdido el juicio fisicogarcia? No lo sé, pero de lo que sí estoy seguro es que para no enloquecer leyendo la nota roja, es decir el periódico, un buen antídoto es mirar hacia arriba, dirigir la mirada hacia el cielo y lo escribo con minúsculas pues no me refiero al Cielo como concepto filosófico sino al simple firmamento.

 

Durante el mes de diciembre sucedieron varias cosas que me orillaron a escribir apuntes para varias Glosas, pero me concentro en lo ocurrido en todo el País la víspera de la Nochebuena y el día cuatro de enero. Aunque ambas cosas ocurrieron en la madrugada, no fueron hechos de sangre, ni nada que ver con la aprehensión de capos, sino con dos fenómenos admirables de la naturaleza.

 

Antes de comentar los dos sucesos, aclaro que el que ésto relata estuvo expuesto a estos hechos desde muy temprana edad. Mi abuelo materno, Ingeniero de Minas de los buenos, eso digo yo, fundó el Observatorio Astronómico del Colegio del Estado, hoy Centro de Estudios Atmosféricos de la Universidad de Guanajuato, aunque no tuve la fortuna de convivir con él, mi madre nos mostraba el cielo y enseñaba los nombres de estrellas y constelaciones; hoy en día conservo y consulto con cariño sus apuntes y libros de Cosmographie. Herencia educativa.

 

Más adelante, visitábamos regularmente a los hermanos Carlos y Juan Pellicer durante los días previos a la Navidad y el motivo era el ver los Nacimientos que Carlos hacía junto con su sobrino del mismo nombre, y que el poeta acompañaba las escenas con preciosos versos que a mi puberta edad no entendía en toda su magnitud. Qué cosas. Maravilloso. En casa tengo una maqueta por la que transitan mis trenes y sobre ella construí una bóveda celeste con algunas constelaciones del hemisferio norte, a nuestra latitud, a media noche y el día de Navidad. Nadie me lo enseñó, lo viví.

 

En el CUM recibí un curso de Cosmografía que seguía el libro del Maestro Agustín Anfossi, lo que explica el hecho que en la Facultad de Ciencias de la UNAM, haya tomado un curso de Astrofísica. Así se entiende mi afición a ver el cielo. Digo afición amigo mío porque no lo hago con mucho rigor, ni realizo cálculos ni nada que se le parezca, sólo me dejo llevar y miro hacia arriba. Sedante. Mis hijos abogados compraron un telescopio sencillo que usamos cada que hay oportunidad, así los nietos reciben la semilla y juntos compartimos esos momentos viendo el firmamento.

 

Todo ésto lo recordaba y compartía de manera lacónica con alguno de ustedes a esas altas horas de la noche y hasta ahora tomo la pluma como se debe y me expreso. En la quietud de la noche del eclipse total de luna, las imágenes iban y venían y escribí notas para unos versos que en su momento compartiré. Ese día del fenómeno, la luna se vistió de color naranja tenue y permaneció así por espacio de varios minutos, suficientes como para verla esplendorosa tomando algo de la coloración del astro rey. Asombroso. Sedante.

 

La noche de enero fue diferente pues el espectáculo nocturno, gratuito y apto para toda la familia, que consistió en la aparición de las estrellas cuadrántidas. La expectación del escribano era grande y se preparó adecuadamente incluso con un poco de lectura ad hoc . Órale. El resultado fue negativo pues no contaba con la contaminación en San Miguel. Pero, ¿cuál?, te preguntarás amigo mío si aquí hay más transeúntes que coches. Aclaro.

 

La contaminación referida es la lumínica, sí, la iluminación vial minimiza la de las estrellas especialmente las de baja intensidad, como las de ese día. Más que lluvia de estrellas fui testigo de una fuga nocturna al cobijo de la luz artificial. Simpático hecho. Creo que voy a plantear al H. Ay. algo similar a lo que hice en Aguascalientes Capital, donde ganamos el Premio Nacional de Ahorro de Energía, yo en calidad de Asesor. Se planteó disminuir paulatinamente la potencia de las lámparas durante la noche, con el consiguiente ahorro energético. Adicionalmente me parece muy oportuno sugerir visitas nocturnas al sitio arqueológico de Cañada de la Virgen donde no habrá ese problema. Al tiempo.

 

No obstante la contrariedad aludida, durante la espera miré el firmamento sin reparo; momentos de solaz esparcimiento muy diferentes a los que dedico a leer las noticias, por lo que ya enunciaba que eran conceptos antagónicos. Asómate al cielo amigo mío y vive la experiencia. Si puedes, trata.