Estoy aprendiendo a escribir otra vez y no es en otro idioma sino en el mismo castellano, pero ahora con los nuevos elementos gramaticales de tipo cibernético, que no conozco y tengo que ir nuevamente a la escuela, pero ahora de manera virtual. Fantástico. Con toda sinceridad pensaba que mi proceso educativo en esa materia había concluido y con calificaciones satisfactorias, nada más. Manejo el paquete Office en todas sus modalidades pero no es suficiente. Frustrante.
Cuando empecé la carrera de Físico Nuclear tomé mis primeras clases de computación y aprendí a programar en un lenguaje llamado Algol y luego otro denominado Fortran IV. Al iniciar mis estudios de maestría en Aplicaciones de Isótopos, dominaba la programación en esos lenguajes, pero el dominio sería pasajero pues llegaron los tiempos del Basic y las HP de bolsillo programables. Todo el gozo, al pozo. Hubo necesidad de aprender nuevamente ambos, con algoritmos distintos, conceptos nuevos, manejo de grupos de ideas, etc, etc.
Más adelante se inició el verdadero despegue del mundo cibernético. Arrancaron los programas de aplicaciones técnicas como el Lotus-123, y para el diseño de presentaciones el Story Board. Aprender de nueva cuenta. En unos años más, comenzaron con brío los sistemas operativos de Microsoft tipo Windows y su conjunto de programas denominado Office. Resultado: a la escuela, so pena de quedarse a la vera del camino y como analfabeta. Qué horror.
Hoy día amigos míos, me encuentro otra vez fuera de la jugada. ¿Por qué? Pues simple y llanamente porque hay otras formas de expresarse y comunicarse que son de uso común para quien nació así, como mis nietos que tienen dirección electrónica, cuenta en Wii, contraseñas (passwords), usan iPods, iPhones y me cuestionan por qué no tengo blog y una iPad, ¿Qué tal? A darle mis valientes.
Mi trabajo diario como consultor me exige estar al día, y no por moda, sino para comunicarme adecuadamente con el mundo exterior, por lo que obviamente exprimo mi BlackBerry y con ésto cargo la oficina encima. Así es el mundo que nos ha tocado vivir y lo disfruto todos los días.
Recientemente estuve en una Convención Nacional relacionada con agua y las tarjetas de presentación de ahora incluyen no solo la página web y direcciones electrónicas personales, sino las correspondientes a los sitios de blog y twitter. Su seguro servidor amigos lectores, en la “higuera” (término familiar sinónimo de limbo o éter), porque no tengo blog alguno y sólo dirección twitter recientemente gestionada.
De los vínculos que pude realizar en el evento, se originó la solicitud de envío de estas mismas Glosas y otros escritos como las AquaNotas de San Miguel y otra de ámbito regional. De manera expedita seleccioné los anexos y los envié en formato pdf para que se fuesen ligeritos, pero oh sorpresa, un envío de 8M estuvo intentando salir de mi computadora durante seis horas y nada, se quedo allí en la línea de salida. Recibí asesoría y lo pude enviar pero dividido. ¡Que lata!
Mis hijos y amigos insisten que debo tener un blog para remitir a los lectores a una dirección donde leerán escritos, verán presentaciones y vídeos, y asunto resuelto. Sí, qué fácil, hazlo. A aprender otra vez. Pues en esas estoy queridos amigos, el actual lenguaje cibernético es un aprendizaje permanente. “O te aclimatas o te aclimueres” dice la conseja popular. Voy por la primera.
16 de noviembre del 2010
P.S. En ningún escrito había tenido necesidad de utilizar tantas cursivas para señalar palabras en otro idioma. Me apego a las reglas de nuestro castellano para evitar deformaciones.