En menos de un mes tuvimos tres celebraciones importantes relacionadas con la ecología y no solamente en México sino en el mundo entero; pasamos por las fechas dedicadas al Medio Ambiente, al Agua, y a la Tierra, con gran difusión en periódicos, radio y televisión y se entiende por las amenazas del cambio climático. No lo desdeño, sin embargo me preocupa que el objetivo sea acaparar la atención para informar y no para formar, para educar. Y qué de la celebración del medio por excelencia para ello, el Libro, nada o muy poco. Te informo amable lector que si existe un día dedicado a él en todo el mundo y éste es el 23 de abril, fecha en la que interactúan oferta y demanda. Concurren representantes de grupos editoriales, librerías, bibliotecas, y por supuesto escritores y lectores. Gratamente me llegaron invitaciones a dos eventos, uno en la ciudad de México y otro en Guanajuato Capital y dos organizados por sus universidades.
Es una pena que en nuestro San Miguel no tengamos una plataforma de lectores que demande la celebración del Libro, que sirva de estímulo a la lectura y a la escritura. Todos los presupuestos para el fomento educativo se centran en otros temas como los ambientalistas que ya mencioné, pero ninguno en los difíciles renglones de las letras. Qué aburrido, pensará un grupo de conciudadanos, pero no ustedes amigos que están frente a estas líneas. Ustedes son mis aliados para impulsar el estímulo a la lectura tanto formativa como informativa y recreativa. Con el pasar del tiempo he reconocido que soy más intolerante a muchas situaciones por lo que se me dice que me quedaré solo, pero no, respondo de inmediato, me quedaré con Dios y mis libros, y agrego, con mis amigos lectores. ¿Será?
Las dificultades para concretar el fomento a libros y lectura se centran en la propia realidad en la que vivimos en todo el País: el bajo nivel educativo. No es raro constatar que el 40% de los libros que se editan en la república son libros de texto para escolares, cifra que se deberá aumentar permanentemente y no por el crecimiento de la población estudiantil sino por la mayor profusión en temas complementarios a los básicos. Este dato es un buen termómetro del avance en el estímulo a la lectura.
Fuera del ámbito escolar tenemos diversas actividades que requieren la transmisión de conocimiento y son de relevancia las que aludía párrafos atrás. De aquí mi inquietud de impulsar y concretar el primer Boletín relacionado con el agua en San Miguel, que después de ocho meses de batalla logré que saliera al público. El segundo número está todavía encima de mis hombros y no se cuándo bajará al papel, pero de que habrá otro no hay la menor duda. Al tiempo.
De las actividades complementarias al libro y a la lectura, están las librerías, las bibliotecas públicas y nuestros libreros personales. Son los lugares en donde los libros descansan y esperan ser adquiridos o bien consultados; aguardan ser abiertos para mostrar sus secretos a la hora que escojamos; no necesitan pilas, ni servidores electrónicos, nada de eso y con la luz del día las hojas nos transmiten lo que alguien escribió o dibujó. Expresiones humanas.
Se me critica de ir contra la corriente cibernética que menosprecia la lectura en papel y la fomenta a través de medios electrónicos; acepto el punto de vista para un tipo de información que requiere ser actualizada día con día, sin embargo no podría leer una novela histórica de las que me gustan enfrente de una computadora. Hace algunas Glosas apuntaba que desde chico leo un poco antes de dormir y rezar, como una verdadera terapia para conciliar el sueño, por lo que tendría que cambiar radicalmente mi hábito so pena de ser lastimado por la caída del aparato sobre mi nariz. Necio soy.
Fuera de broma amigo mío, necesitamos hacer más cosas para fomentar la lectura y escritura como medios imprescindibles para lograr avances en la educación. En el ámbito familiar tuve la fortuna de haber sido estimulado en la lectura y en lo segundo, es de mi cosecha tanto en prosa como esporádicamente en versos cursis. ¿Cómo podríamos iniciar un club de lectura? Hace unos años, durante el tiempo que viví en Irapuato formaba parte de un grupo de entrañables amigos que nos llamábamos simplemente “platicones” y sin proponérnoslo, todos leíamos y platicábamos de los libros en boga con la disposición siempre de aprender algo cada martes. ¿Tomaré el reto?. Al tiempo. Por el momento cierro la columna contestando la incógnita, sí existe un día dedicado al Libro. Enhorabuena.
El día de hoy martes 18 de mayo, a colación del lamentable secuestro de “Jefe Diego”, mexicano brillante cuya luz está apagada de momento y de la ola de inseguridad que vivimos, el señor Rector de la UNAM señala que uno de los aspectos fundamentales que hay que atender con mayor empeño para aspirar a mejores condiciones de vida, es la erradicación de analfabetismo y aumento de los niveles educativos de los mexicanos. Educación y más educación, esa es la consigna. El Libro estará presente.