CIENCIAS NATURALES … ¿para los pequeños?


Claro que sí, es mi repuesta.

Cumpliendo lo ofrecido hace varios números, les transcribo las Glosas que escribí para una revista especializada para papás nuevos o muy jóvenes. Comentaba que fui educado dentro de una familia normal, pero grande, donde había reglas que cumplíamos sin reparo alguno, donde los grandes apoyábamos a los pequeños, echándole la mano, sin darnos cuenta, a nuestros padres. Los gustos de cada uno se satisfacían en función del presupuesto y facilidad para cumplirlos. Así crecimos y cuando llegó el momento de elegir una carrera, también hubo la libertad para escoger. Yo Físico. La casa no se cimbró, ni mucho menos pero aún recuerdo la cara y expresión de mis progenitores. La profesión más socorrida en mi familia era la abogacía y la ingeniería, pero no había antecedentes de un científico. Órale.

Con cierta dificultad logré mi objetivo, y con la clara meta de proseguir mis estudios en el exterior, pero ya casado. Seguí la línea de la Física, pero aplicada, pues el campo teórico y más aún de la investigación, no se me dio. Estoy muy lejos de considerarme un científico, pues respeto a mis colegas que sí lo son de verdad, aunque para la mayoría lo aparente.

Desde que nació mi primer hijo en Austria, siempre tuve la inquietud de hacerles notar, algunos hechos que en la televisión no se veían, ni tampoco en la escuela se tocaban. Recuerdo que en el tiempo que estudiaba en París, casado y con dos chiquitines, en una noche gélida, hicimos nuestro primer experimento; colocamos afuera de la casa una charola con agua hasta el borde, unas florecitas y hojas detenidas con piedras para que no se cayeran, para que al día siguiente, ¡oh sorpresa!, había sucedido algo, no había agua sino hielo, se había rebasado el nivel original del agua y las hojitas se mantenían paradas sin necesidad de soporte alguno. Mi hijo mayor de escasos tres años, no lo podía creer, y abría sus ojos de sorpresa, el pequeño de un año, con su manita, sólo tocaba intrigado el pedazo de hielo frío. Experiencias.

Amigos lectores, con esta columna nace “Glosas , … un espacio en busca de la naturaleza”, en el que pretendo incursionar en la presentación de comentarios alusivos a las ciencias naturales, pero pensando en los niños y no precisamente teniéndolos como lectores, sino a ti que recorres estas líneas. Como sabes Glosas significa, la explicación o comentarios de un texto, con el fin de hacerlo más entendible, y ya adaptado a esta columna, se entiende como comentarios del que esto escribe, sobre un tema referente a la búsqueda de la naturaleza. Trataré en ella de dar algunos “ques” y “cómos”, para acercar a los pequeños al fascinante mundo de las Ciencias Naturales, y repito el término deliberadamente, pues esa era la materia que se llevaba cuando cursaba la primaria en el Instituto México. Es posible que alguno de Ustedes sepa de mi y conozca mi debilidad por los niños, siempre los tengo en mente y aprovecho cualquier ocasión para convivir con ellos y si se puede, haciendo alguna travesura “científica”. El nombre de la columna deja ver que abordaremos temas como agua, tierra, luz, cielo, viento, plantas, por mencionar algunos, pero también acepto las sugerencias que pudieses tener en el fondo y forma de esta la columna que te ofrezco, Glosas.

Referente al tema inicial, me parece que si bien en el kinder, desde pre-maternal, hasta pre-primaria, ya se tocan los temas del medio ambiente, en la casa podemos empezar presentando a los pequeños el lugar donde viven, su entorno cercano, sí se puede y sólo se necesitan algunas pistas. Los chiquitines buscan sin cesar, cuando gatean se fijan en todo, recogen una basura minúscula y se sientan para verla, en otros casos será una arañita, que mostrarla a su mamá, ésta, pegará un grito tal, que incluso puede hasta inhibir al pequeño a seguir investigando. Es en esa época cuando se gesta la curiosidad y empieza en su propia casa, en su propio “laboratorio”. Increíble.

Aprovechemos de esos días para fomentar esa búsqueda y amor a la naturaleza, nada más. Poco a poco, ellos aprenderán también a respetar su medio ambiente, pero necesitamos como padres, empezar, y amigos míos, nunca es tarde.