¿Y LA POLÍTICA DE ALTURA? … muy poca


En muchas ocasiones he manifestado no ser político, sin embargo ésto no quiere decir que no tenga sensibilidad ni conocimiento, para entender el oficio. Como cada tres años, en tiempos anteriores a elecciones y en los tres niveles de gobierno, la carga de anuncios, entrevistas, discursos, de los diferentes partidos políticos, crece de manera descomunal, al grado de aturdir al más paciente. Es grato que se haya restringido los tiempos de campaña, pues para nosotros ciudadanos comunes, era insoportable. No obstante lo anterior y aunque uno no lo quiera, tenemos que oír el discurso de los contendientes, y algo se filtra, que incluso lo tenemos que escuchar. Se oyen muchos disparates sin ton ni son y verborrea sin clase. Poca política de altura, muy poca.

Tengo la impresión que los contendientes no entienden muy bien el oficio. Creo que la mayoría no ha asistido a las aulas como educandos en la ciencia política o en su defecto, no han pasado por sus manos los libros con el abc de la materia. Las ideas básicas plasmadas en los clásicos como “Política”, de Aristóteles, “El Príncipe” de Nicolás de Maquiavelo, o “Escritos Políticos” de Jaime Balmes, por mencionar algunos de los que el de la pluma ha tenido enfrente y consultado en varias ocasiones.

La presión del tiempo electoral, y la carencia de la educación arriba aludida, hace que los aspirantes confundan conceptos y mezclen principios políticos con ofertas de gobierno. Abundo. En su discurso no se distingue el toque conceptual de la propuesta de acciones. Cada quien habla de su “proyecto”, sin tomar en cuenta la existencia de personas que puedan estar en otro partido político, hablan para sus seguidores olvidándose de los demás ciudadanos. Una verdadera falta de respeto. No encuentro, por ejemplo, quien hable de esquemas de gobierno con acciones consensadas; eso no existe. Olvidan que para gobernar es preciso hallar el centro de gravedad de la población gobernada para ponerla en equilibrio.

A nivel de municipios, no se toma en consideración la estructura de los ayuntamientos, en donde ya están representadas las fuerzas de la oposición. Hablan de la inclusión de los ciudadanos en el gobierno mismo. Confusión de ideas. Los ciudadanos están representados por los regidores, es decir, conceptualmente hablando, ya están tomados en cuenta y no hace falta decirlo, ni mucho menos ofrecerlo. De aquí lo importante de elegir bien, no es una persona sino una planilla, un equipo de trabajo.

Referente a la integración de los congresos, hay que entender que el futuro diputado, será nuestro representante y llevará nuestra voz a la asamblea, en un medio plural de ideas; así es la democracia . No se vale, que en caso de no compartir el punto de vista de quien en su momento gobierne, se pretendan resolver las diferencias “echando bola”, provocando flagrantemente la anarquía. Ya superamos esos tiempos de gobierno primitivo. Ahora, se puede discutir desde las campañas, haciendo llegar ideas y propuestas a los contendientes y posteriormente, a quien nos gobierne o represente, nuestros puntos de vista. Es mi parecer que de ellos es la obligación de abrir el esquema y de nosotros expresar nuestra opinión.

Tocante a las ofertas de gobierno, comúnmente llamadas “promesas de campaña”, llama la atención el análisis tan escueto de sus ofrecimientos. No distingo el esquema básico sobre el cual giren los nuevos gobiernos y que derive en acciones concretas. En muchos casos, simplemente echan “borrón y cuenta nueva”, con poco o nulo aprecio a las acciones que ya se desarrollan, en las que se tuvo oportunidad de opinar, a través de los representantes. Comúnmente se emplea el término de “mayoritear”, en connotación peyorativa, como una queja, sin pensar, ni aceptar las consecuencias de la aplicación de los principios democráticos. Así es la democracia, gana la mayoría.

Los candidatos pretenden conseguir el voto a través de las esperanzas que ofrecen y no por los razonamientos que invocan. No se escuchan voces que aludan a principios como el de “gobernar es pactar, que no es ceder”. Se habla de la promoción de iniciativas para tener nuevas leyes o modificaciones, a sabiendas, o no, de que es más fácil hacer leyes que gobernar.

En fin, aún así es importante ir a las urnas para expresar nuestra voluntad, es el medio que tenemos para participar en nuestro propio gobierno. Pero antes, amigo mío, hay que escuchar lo que oímos, y pensar a quien le damos nuestra confianza y sufragio.

P.S. Todavía nada sobre el pendiente espinoso.

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