El cuidado del medio ambiente en nuestra región inicia a la mitad del siglo XX cuando aparecen los primeros síntomas de cambio en el entorno. En San Miguel, al conjuntarse la deforestación y la extracción masiva de agua subterránea, alrededor de los años cincuenta, se decretan zonas de veda estricta para el uso del agua del subsuelo. Los niveles de extracción de agua en los primeros pozos, empiezan a bajar y algún despistado, como el que esto escribe, da en ese entonces una señal de alerta, convence a los políticos en turno con evidencias y se emite un decreto. Hay fotografías, entrevistas, reportajes, y con bombo y platillo se anuncia la inteligente y oportuna medida. Aplausos por doquier y votos.
Medio siglo después, sí, cincuenta años, se constata la efectividad de la medida y el resultado, ya lo adivinas amigo mío, nulo. Nuevamente, los intereses económicos y políticos hacen estragos y se hace evidente la depredación de nuestros recursos naturales.
Ahora en estos días, los reflectores apuntaron hacia un hecho importante en la vida de San Miguel y en particular en materia ecológica: la creación de un centro de estudios en materia ambiental. La UNAM, el gobierno estatal y nuestro municipio, firmaron un convenio en el que se dona a la casa de estudios un terreno de tres hectáreas y entrega en comodato otra superficie de treinta Ha, con el fin de establecer un Centro de Estudios Multidisciplinarios. El gobierno estatal aportará recursos económicos para el inicio de las construcciones y arranque de las tareas. La relevancia del suceso fue puesta de manifiesto con la presencia del Rector de la UNAM, el Gobernador del Estado y evidentemente nuestro Primer Edil. Cabe la aclaración que anteriormente esa superficie estaba bajo resguardo de la Asociación Charco del Ingenio, en la que se realizaban acciones de preservación ambiental.
El tema central con el que inicia el citado Centro es el Cambio Climático. Materia en boga e imán de noticias, por lo que resulta una verdadera oportunidad para ser tomado por nuestros políticos y aquí no es la excepción. Creo que el objetivo ya lo están logrando, pues todo mundo habla de ello y en los próximos meses será motivo de múltiples reuniones en las que podrán dejar ver su interés en el cambio climático que se aborda en todo el mundo. Todo, ad hoc.
En lo personal el tema me interesa, pero me parece que estamos olvidando otras áreas ambientales de mayor relevancia para nosotros como lo es el tema del agua. Siendo honestos, considero iluso pensar en que las contribuciones de San Miguel e incluso Guanajuato, como estado, en el cambio climático sean relevantes. El multicitado cambio climático demanda las acciones de países enteros y muy particularmente los industrializados, y todo esto en función de los volúmenes de contaminantes que lanzan a la atmósfera, que producen el calentamiento global y génesis del cambio y ésto en adición a los cambios cíclicos que se presentan en nuestro planeta de los cuales tenemos evidencias y ya hemos comentado en esta columna.
Creo que independientemente de las tareas teóricas que se desarrollen en el Centro, teniendo como eje el cambio climático, debemos propugnar por el que se tome en consideración el tema del agua, de tal forma que tenga repercusiones importantes a corto plazo. Por el momento, éste, no llama la atención, ni es bandera de campaña política pues roba las cámaras el otro tema, el del cambio climático, aún a sabiendas que el del agua tiene un impacto grave y a corto plazo. La Ecología es ahora uno de los escenarios de la Política de nuestros días, de aquí nuestro enunciado: Ecología y Política … binomio de moda.
Ojalá y el anunciado Centro de Estudios, no vaya a convertirse en letra muerta como lo fue el decreto de veda de hace cincuenta años y que la historia se repita. De no atender el tema del agua, éste, lamentablemente atraerá todos los reflectores del escenario político, económico y social. Al tiempo. Mis nietos constatarán lo que ocurra.
P.S. Referente a la yuca, sigue la burla, durante las pasadas fiestas la adornaron como pino navideño … el colmo.