GOBIERNO y ELECCIONES…cuidado, a tomar precauciones


Cuando era niño, mi abuela se asomaba a la ventana, veía el cielo y me decía que iba a llover pues había “aparato de lluvia”. Mira, me decía, las nubes son más obscuras, están más cerca, y sobre todo hay mucho viento. Al rato, caía el chaparrón y yo quedaba sorprendido.

En estos días, se nota que hay “aparato de elecciones”, pues en el ámbito político gubernamental no se toman decisiones, nadie se mueve, no hay compromisos y nosotros los ciudadanos comunes, entramos en la etapa de desesperación pues lo que menos importa es el bienestar de quien los eligió. El mismo desprecio tiene el legítimo interés particular, como acciones de trascendencia mayor. Lo que prevalece es la ambición del poder. En muchas zonas del País se acabó el tiempo de la democracia para arribar al de la demagogia. El tiempo apremia.

La operación política nacional se centra en actividades de impacto hacia los ciudadanos, como son encuestas, consultas populares, espectaculares, y acciones de gobierno que luzcan con todo su esplendor. El efecto neto es el de confundir al elector para conseguir su voto. Tanto las encuestas como las consultas populares, tienen el denominador común de distraer la atención con preguntas obvias y amañadas para llegar a las conclusiones predeterminadas.

A modo de ejemplo, tenemos la consulta sobre la reforma energética. Por un lado la propuesta está amañada desde el nombre, pues no es de carácter general, sino particular para el ámbito petrolero. Por otro lado, algunas de las consultas de los detractores son ridículas, con preguntas triviales que pretenden abultar números a costa de la “bola”, para posicionarse en el marco de la vida nacional.

Amigo lector, vivimos momentos en que priva la demagogia como sustento gubernamental en vez del apoyo popular a través de los representantes elegidos en las urnas. Que lejos estamos de los métodos en los que Pericles sentaba las bases de la democracia, el gobierno del pueblo, más no de “la bola”. Ya se contemplaba la importancia de la presencia de los representantes del pueblo, para poder ejercer un buen gobierno.

En esa época, también se confundía, de manera tendenciosa el concepto de pueblo, y se alertaba con conceptos muy concretos, se decía que: “Cuando el pueblo es el amo y señor, el tumulto es norma; jamás se escucha la voz de la razón; los honores son para los más ambiciosos y la autoridad para los más fanáticos”. Más adelante, durante el imperio romano el emperador Marco Aurelio pregonaba refiriéndose al senado : “Más justo es que yo me gobierne por el dictamen de tantos y tan hábiles consejeros, que no el que ellos sigan mi voluntad” Me parece que los conceptos son claros y se aplican después de dos mil quinientos años.

De seguir las verdaderas líneas democráticas, la mal llamada reforma energética, debió encausarse oyendo a los expertos de las universidades, pues la voz del pueblo se había escuchado en las cámaras. Dos foros llamaron la atención, uno en nuestra Universidad de Guanajuato, y otro en la UNAM; allí se escucharon las voces de los diferentes actores incluyendo por supuesto a los proponentes, a los legisladores, representantes del pueblo, (aclaración pertinente) y a los expertos en la materia, básicamente provenientes de la propia universidad y de centros de investigación y uno que otro colado como el que ésto escribe. Muestra de cómo hacer las cosas bien.

La alusión de la convocatoria universitaria, la traigo al tema pues me parece un ejemplo de una acción democrática por excelencia. Tú que opinas. Lo demás, reformas escondidas y consultas ciudadanas, se llama demagogia. Y mientras eso sucede, la función de gobierno se detiene pues hay tiempos electorales, cuidado, a tomar precauciones.

P.S. La yuca crece y crece, ¿Será a través de “la bola” como nos hagan caso o hasta que se derribe la fuente?

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