Hace unas semanas me perdí de la presentación de un libro muy interesante en la Universidad de Guanajuato, allá en Guanajuato Capital, que lleva por nombre “Cartografía Hidráulica de Guanajuato” y curiosamente desatendí dicho evento, por asistir a una cita para tratar de salvar el proyecto de monitoreo de agua subterránea, en cinco municipios de nuestro estado, del que he comentado en otras GLOSAS, que finalmente abortó como resultado de la combinación burocrática entre la autoridad supuestamente promotora y la del agua, … ¡ qué se podía esperar !. Ingratas coincidencias personales en el tema.
Pasando al tema formal de la columna, les comento que supe del trabajo que realizaba el autor, cuando preparaba mi libro sobre el agua en San Miguel y desgraciadamente el mío, estaba muy avanzado como para conseguir alguna copia de los borradores preliminares y analizar en qué podría complementarlo, pues la cartografía de referencia que ofrece el libro, abarca todo nuestro estado. Habrá que conseguirlo, leerlo y te aseguro amigo lector, que si encuentro más información, no tendré ningún inconveniente en corregir lo que hubiese lugar, y plasmarlo en una segunda edición. Ya veremos.
Curiosamente, en ese mismo tiempo de preparación de mis escritos, supe de la elaboración de otro magnífico libro sobre San Miguel, titulado “ San Miguel el Grande: El Espíritu de la Tierra Adentro “, cuya autoría recae en una historiadora experta en el siglo XVIII, quien es responsable de varias investigaciones formales de nuestra localidad. De repente ocurren cosas inauditas, que gente capacitada e impetuosa, se les asignen recursos económicos públicos, para el pleno ejercicio de su profesión. Este anunciado libro, está en proceso de publicación y espero que me inviten a la presentación, a la cual no habrá pretexto para no asistir; será un evento de trascendencia educativa y cultural, de los que nos hacen falta, pues a veces llegan a cansar las múltiples exposiciones artísticas en el área de las artes plásticas que tenemos en estos rumbos.
Es mi parecer que ambos trabajos concurren aportando información de nuestro pasado, datos que en algunos casos se perdieron con el paso del tiempo. En determinado momento, dicha información no era de importancia como para que se hubiese guardado de manera especial, así, el plano de Cartográfico de San Miguel del siglo XIX, se salvó de la quemazón de los archivos de agua, porque estaba seguramente en la oficina de control de aguas, que tenía el rango de Procuraduría de Aguas, era una herramienta de trabajo. Hoy es parte del acervo municipal en la materia y constituye parte de nuestra memoria histórica.
Con referencia al contenido del libro sobre San Miguel, te adelanto curioso lector de estas líneas, que el él, sobresale la serie de mapas de nuestra ciudad, hasta ahora desconocidos por los mortales como el de la pluma, que no tuvo la oportunidad de acudir al Archivo de Indias en Sevilla, para hurgar en los archivos de la época colonial. A partir de esa información básica, no dudo que se abrirá otra veta para descubrir facetas desconocidas de San Miguel.
Ya no serán los clásicos, como la estupenda monografía de Francisco de la Maza, escrita en 1939 y reeditada en 1972 y la obra de Benito Díaz de Gamarra de 1777, por mencionar los dos, que a mi juicio, son los más relevantes.
Bienvenidos esos trabajos de Cartografía Hidráulica, que son auténticas bases históricas que respaldan nuestra identidad.
P S La yuca en la fuente de Golpe de Vista sigue creciendo y amenazando su existencia. ¿Hasta cuándo?