Así como a veces es necesario emitir juicios referentes al quehacer gubernamental, también es justo el mencionar aciertos que repercuten rebasando los tiempos de gobierno en que se ejecutan. Tal es el caso de los convenios ambientales que se han suscrito recientemente la administración municipal con el gobierno estatal. Se pone de manifiesto una proactividad municipal.
Las tareas de conservación y mejoramiento ambientales, no se realizan por decreto, con el enfado de los gobernantes muy “ejecutivos”, y requieren el concurso de diferentes actores, con la pauta del estado, a la que se le suman las opiniones de la ciudadanía, en la que nos encontramos tú y yo, amable lector.
Estas labores son relativamente nuevas y aparecen en todo el mundo, no tanto como de moda, sino como una respuesta a nuestros tiempos. Así, aparecieron los primeros ecologistas, en los años 80 cuando la energía nuclear se perfilaba a ser la fuente energética del futuro y tuvimos que aguantar las críticas sin razón de muchos ambientalistas mercenarios, que por llevar agua a su molino echaban abajo proyectos nucleoeléctricos, que estaban suficientemente soportados. Esas situaciones las viví en carne propia cuando colaboraba en esas tareas desde el Organismo Internacional de Energía Atómica, en Viena, Austria. Muchas de esas objeciones no prosperaron y en el caso de Francia, incluso dieron la pauta para refutarlas con creces. Ahora, dada la situación del cambio climático, se cuestiona el regreso de esa tecnología tan vilipendiada. Al tiempo.
Volviendo a nuestro tema referente a los pasos que da nuestro gobierno municipal, es relevante que tome la iniciativa de reclamar para sí, atribuciones que tenía reservadas el gobierno del estado, en concordancia a las que le da el artículo 116 constitucional. Si bien es cierto, anteriormente los municipios no tenían capacidad de cubrir todas sus asignaciones de gobierno, ahora muchos de ellos, como el nuestro, si la tienen. Es tiempo que nosotros mismos vigilemos el uso de nuestros recursos naturales, y no esperar que “papá gobierno” decida por nosotros.
En materia de agua, para ser más concreto en mis cometarios, estoy proponiendo para el 2008, un proyecto de alcance regional que refuerza la llamada proactividad municipal en esa materia, al dotar a los propios municipios de conocimiento y herramientas para que conozcan la situación que guardan sus recursos de agua subterránea, tanto en cantidad como en calidad. En el pasado debe quedar la situación en la que los gobiernos de los estados y la federación, decidían todo lo concerniente al agua por los “municipios libres”. Ahora, más responsabilidades, sí, pero con más conocimiento, recursos y desde luego compromisos.
A partir del año que inicia, con la aprobación del proyecto del que ésto escribe, podremos aspirar a tener un monitoreo permanente de nuestra agua subterránea y contar con información fehaciente y actual, que sirva de base para hacer planes de desarrollo económico y humano, a mediano y largo plazos. No es posible admitir que la respuesta a nuestro inminente desarrollo y expansión sea el no crecimiento poblacional, solución obtusa y degradante. Tendremos elementos de juicio para orientar nuestro desarrollo de manera sustentable e inteligente, manejando nuestros recursos naturales acordes a la modernidad y compromiso de sociedad y gobierno. Esa proactividad municipal, se transforma en un detonante del potencial que todos llevamos dentro. ¿y tu amable lector, qué opinas?
Aprovecho el momento para desear a todos mis lectores un Feliz Año 2008, lleno de salud, pletórico de trabajo, y rebosante de prosperidad.