La tragedia que sufrieron nuestros compatriotas en el sureste, nos ha hecho reflexionar sobre lo endeble que son nuestras infraestructuras urbanas frente a las fuerzas de la naturaleza. Todos vimos cómo el agua entraba a la ciudad de Villahermosa y tomaba posesión de calles, avenidas, plazas, jardines, y se metía a la propiedad privada, a las casas, negocios, despachos, escuelas, templos, sin respetar nada. Vimos también cómo la ciudadanía y gobierno trataban de impedir el paso, pero nada resultaba efectivo.
En ese ambiente de desesperación, han surgido las voces tratando de culpar a alguien del desastre, para llevarlo al patíbulo. El de la pluma comenta que no hay culpable identificable, y como en la muerte del comendador, la respuesta … Fuente Ovejuna señor. Se trata de actos de fuerza mayor, donde no existe un solo actor en el que recaiga la responsabilidad, sin embargo ¿no hubieron omisiones que pudieran haber disminuido el desastre? A mi me parece que sí.
Esas acciones de carácter preventivo son responsabilidad gubernamental, quien debe llevar a cabo esas actividades de prevención de desastres, con la realización de diversas acciones concretas y justo es que se le exijan cuentas de ello. Lamentablemente los gobiernos van y vienen, dejando a un lado esas tareas para que las realice “el que sigue”. Nosotros ciudadanos, que permanecemos en esa condición, pero atentos al devenir cotidiano, vemos pasar a las autoridades y no dejamos de recordar esas lamentables omisiones y en algunos casos, lo señalamos con todas sus letras.
En nuestro municipio, tenemos un claro ejemplo en el que se deberían realizar acciones de prevención de desastres de carácter federal, estatal y municipal, pero sin embargo, nada se hace. Llamo la atención tuya amigo lector, sobre lo que ocurre en torno a la Presa Allende. La función de este embalse es el control de avenidas y la prevención de inundaciones en tiempos de lluvia, y su efectividad fue calculada en 1964, con base en las precipitaciones históricas en la zona de la cuenca del río de la Laja y en el volumen de almacenamiento de la presa. Ya decía en otro artículo que el punto endeble y de gravedad, es que no se sabe cuál es la capacidad real de almacenamiento de la presa, y por ende su eficacia, pues desde su puesta en operación, dicho volumen ha disminuido por efectos de acumulación de azolves. De fallar en su objetivo primario, tendríamos inundaciones en todo el cauce del río de La Laja, incluyendo Comonfort, Celaya y Salamanca. En este supuesto, ¿ qué opinas amigo lector, habrá o no responsables?
Desafortunadamente, no estamos lejos de situaciones de ese tipo, pues ya estamos presenciando cambios en el clima que rebasan los máximos y mínimos estadísticos, que podrían ser origen de lluvias intensas. Aunque localmente no somos los causantes de dichos cambios, si, definitivamente sí es posible realizar acciones preventivas como la que expongo.
En el caso de Tabasco, algunos de los científicos que han dado su postura sobre el lamentable suceso, no tienen la certeza de las causas que provocaron le desastre y menos aún el señalar responsables. No obstante lo anterior, han opinado sobre algunas de las muchas causales y entre ellas se encuentra el llamado “cambio climático”, que es tema de debate internacional, y que comentamos ahora. Se trata de una realidad incómoda.
El fenómeno consiste en el cambio de las condiciones climatológicas del planeta, ocasionadas por un calentamiento de la atmósfera, y ésto, en nuestros tiempos del cuaternario, es provocado por el uso intensivo de energéticos y más aún cuando son combustibles fósiles. Es claro que los países más industrializados, son los que más participan, cerca del 75% y en ellos recae la mayor responsabilidad, pero no toda. La discusiones en torno al problema son de carácter internacional.
Los cambios de clima que estamos presenciando, tienen su origen en el deshielo de las zonas polares, enviando más agua a los océanos y causando modificaciones en los patrones climatológicos de todo el orbe. En realidad, aún no se tiene una estadística que correlacione los incrementos de la temperatura con los aumentos de agua en los mares, sin embargo ya se notan algunas anormalidades, que están causando desastres en varios lugares y nuestro País no es la excepción. Esperamos fervientemente que las medidas locales preventivas se lleven a cabo y que por otro lado, nosotros ciudadanos contribuyamos a disminuir ese fenómeno, con acciones a nuestro alcance como el ahorro de energía y la disminución de uso de nuestros automóviles. Si bien el cambio climático es indudablemente una realidad incómoda, tenemos que ser concientes de él y en nuestra capacidad, coadyuvar para minimizarlo.