Ya empieza el furor por los festejos para la celebración del Bicentenario del inicio
de la Independencia Nacional y aunque usted no lo crea, a tres años de que llegue
la fecha, se reúnen las autoridades municipales de todo nuestro estado, para
intercambiar puntos de vista y así actuar de manera armónica. ¿Increíble, no?. Lo
digo sin sarcasmo alguno y es de llamar la atención pues trabajarán en un
proyecto, cualquiera que este sea y no lo va a presidir ni inaugurar ninguno de los
alcaldes participantes en las juntas de trabajo. Honestamente creo que no les
queda de otra, pues preferirían hacer algo que les reditúe al corto plazo, así es el
trabajo político.

Desde mi ángulo y te invito amigo lector, a asomarte por él, veo oportunidades a la
vista con el advenimiento de las celebraciones. Yo creo que muchas de la voces
que se escucharon durante el evento en nuestra Ciudad, se orientaron hacia la
conservación de nuestras magníficas edificaciones coloniales, fuentes, calles,
monumentos, etcétera, y ésto lo supongo pues la reunión fue a puerta cerrada.
Otra vez, nuestra autoridad estará frente a la disyuntiva de aplicar los recursos
económicos, propios, estatales y federales, para darle a nuestra ciudad una
“ayudadita” en su fisonomía, en su apariencia, para que nos vean con nuestra
mejor cara. Sobre ese aspecto, no tengo nada que agregar, ni comentar, pues hay
muchas más opiniones y más autorizadas que el que ésto escribe.

Yo sugiero que demos un giro de 180 grados a nuestra visual, y que nos fijemos
en la posibilidad de que las actividades de festejo, también tomen en
consideración el lado humano de nuestra Ciudad, nuestra cultura en el sentido
más amplio. Por qué no incluir acciones que sean en si una celebración formal y
que además tengan un efecto multiplicador para cultura y desarrollo, que no nada
más sirvan para ese fin, sino que a partir de ese año, tengan una verdadera
trascendencia.

Por un lado, estaremos rememorando la gesta de Independencia, y en nuestra
ciudad, fragua de ella, no tenemos un archivo histórico que guarde esas
remembranzas; ya lo hemos señalado en otras Golsas, pero nadie escucha y a la
fecha no tenemos proyecto alguno que dignifique nuestra Historia, nos deslumbra
la apariencia. ¿Que no sería una excelente oportunidad para reinaugurar esas
instalaciones ociosas de la antigua presidencia municipal, como sede del Archivo
Histórico de San Miguel de Allende, despacho del Cronista de la Ciudad, de su
Museo Histórico con salas de Arqueología, Ecología, Agua, Historia, y Artesanías,
por mencionar algunos temas de relevancia?. Es cuestionamiento abierto.

El impacto es doble, hacia nosotros mismos, al dotarnos de un sitio que sea
museo múltiple, sede del archivo que guarde y recupere nuestra Historia y por otro
lado que repercuta favorablemente en nuestros visitantes, y por qué no decirlo, los
turistas que vienen al lugar donde se fraguó el movimiento independiente y que
constatarán y entenderán el por qué se aglutinó aquí el pensar y la acción que dio
lugar a la independencia nacional.

En otro orden de ideas, por qué no retomar otra vez en la preocupación que tenían
nuestros bisabuelos, al prepararse a celebrar el primer centenario de la
independencia, cuando con un claro interés nacionalista, pensaban construir los
caminos necesarios para unir los poblados y ciudades, que otrora fueran
escenarios de la lucha insurgente. Tenemos enfrente la enorme oportunidad de
concretar un pendiente carretero que se ha venido posponiendo desde hace
décadas, que es el nuevo camino que uniría nuestra ciudad con Guanajuato
Capital. Creo que hay pocos sitios que podrían dar a sus habitantes una obra con
tanta significación y trascendencia como éste proyecto, que si no es nuevo, el
concretarlo es un impulso de gran importancia al turismo de ambas ciudades, pilar
de su desarrollo económico y social.

Ojalá y podamos sumarnos a la preparación de los festejos y que cuando llegue la
fecha del Bicentenario de la Independencia Nacional, tengamos las obras que nos
recuerden la gesta histórica y que a la vez nos den cimientos para llegar al tercer
centenario, con más dignidad y prosperidad.