CULTURA Y EDUCACIÓN … temas relegados


Recientemente todos los sanmiguelenses hemos sido testigos de protestas de algunos grupos ciudadanos que no están conformes con diversas obras que realizan el gobierno municipal y varios desarrolladores, y quien si no, pues señalan que repercuten directa o indirectamente con el medio ambiente y la estética de nuestra ciudad, cabecera municipal. Todas estas manifestaciones de dichos grupos, incluyendo las del Embajador Alberto Székely, a quien tengo el gusto de conocer desde nuestros tiempos de primaria, secundaria en el Instituto México, y en el CUM, en los años de preparatoria en la ciudad de México, se refieren a diversas acciones para la protección del “patrimonio natural y cultural” de SMA, lo cual identifico yo, amable lector, como su entorno ecológico y su fisonomía; los comentarios, propuestas, marchas, cartelones, y demás manifestaciones, así lo indican.

Independientemente con mi acuerdo o desacuerdo con los planteamientos, que simplemente respeto como opinión de dichas personas, y obviamente la del Embajador, quisiera comentar la necesidad de voltear la cara hacia otros aspectos relacionados no tanto con la apariencia de nuestra ciudad, y sus recursos naturales, sino con temas más profundos como son los de cultura y educación, que parecen estar relegados.

En otro comentario en esta misma columna, me permití referirme al uso de las antiguas oficinas de la presidencia municipal, en donde sugería el que se utilizaran como sede del Archivo Municipal, de un Museo Histórico, y de alguna otra actividad relacionada con nuestro pasado. Me parece que es importante que nuestras casonas, templos, calles, jardines, fuentes, tan llenas de imágenes plasmadas de nuestra historia, de las que nos sentimos orgullosos los quienes tenemos raíces muy profundas en San Miguel y de quienes han adoptado a nuestra Ciudad como propia, tengan respaldo en sus archivos y documentos que acreditan lo que se ve en el exterior. Es lamentable que en San Miguel, solo tengamos un solo museo y un teatro.

Hay otro aspecto que me parece que está también relegado y es el concerniente a la educación y me refiero al sentido más amplio, del tipo de la paideia griega, en donde el término incluía todo lo referente a la formación integral del ser humano.

Es de llamar la atención que el número de galerías y estudios de arte es enorme y por el contrario, adolecemos de escuelas de todos los niveles en particular en los niveles medio y superior. Todas las generaciones de jóvenes han tenido que emigrar de San Miguel, para estudiar, sea a Guanajuato Capital, a León, Celaya, Querétaro, Ciudad de México, Monterrey, por mencionar las más relevantes; sólo muy pocos y recientemente, se han quedado en San Miguel. ¿Qué no es tiempo de hacer unas marchas, plantones, carteles, manifestaciones para expresar nuestra ansia de fuentes de educación?. San Miguel no es un asilo de personas de la tercera edad, como muchos la quisieran ver, sino que tiene niños y jóvenes, deseosos de vivir su Ciudad plenamente, con escuelas y universidades, para asegurar un futuro digno. ¿Por qué hay que salir a buscar educación y cultura formal fuera de nuestra casa?. Ya en el siglo XVIII, en el Colegio de San Francisco de Sales, se impartían cátedras de filosofía al mismo nivel de las que se tenían en la Ciudad de México y se tenía una afluencia importante de educandos de la región, incluyendo a varios héroes de la independencia. Debemos iniciar la búsqueda de los nuevos espacios en donde podríamos aportar conocimiento, tal vez en ecología, historia del arte, agua, arqueología y turismo.

Nosotros, la población adulta tenemos la encomienda de preparar el camino para las generaciones futuras, que incluso ya nacieron y que esperan tener una ciudad que les de los medios para su desarrollo integral. Dentro de esa población activa, tanto nacional como extranjera, contamos con gente valiosísima que estaría en disponibilidad de dar su conocimiento y experiencia, en distintos renglones, no solamente en el artístico, que parece ser la única manifestación de cultura en nuestra ciudad. Esa misma gente tiene capacidad de expresar su punto de vista en algún medio impreso, como en el que estás leyendo amable lector, un medio de opinión que se nutra con una diversidad de criterios. Se necesitan esos espacios y hay que presionar para que se abran, pues con la inercia que percibo, no vislumbro que se den en el corto plazo. Hagamos algo por la educación y cultura de San Miguel, nuestros hijos y nietos lo merecen y piden de manera silenciosa; hay que sacar la casta.

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